Ocurrió un 28 de diciembre de 2022 en el barrio Los Médanos, en Rawson. Aquel día, otros policías llegaron a una casa de esa barriada con una orden de allanamiento para buscar unas motos robadas. Pero los ánimos se caldearon con los dueños de casa que se resistieron al operativo y hubo que pedir refuerzos. Entonces apareció el oficial Miguel Diego Galván al volante de una patrulla de la subcomisaría Ansilta, con dos compañeros para dar apoyo a sus colegas. Y en medio de la confusión recibió un golpe de un chico de 16 años. Según las evidencias de la investigación encarada en la UFI de Delitos Especiales que coordina el fiscal Francisco Micheltorena con la colaboración del ayudante fiscal Emiliano Pugliese, fue entonces que Galván metió preso a ese menor, pero en lugar de llevarlo a la sede policial se desvió hasta un callejón, salió de la patrulla y quiso bajar también al adolescente, pero uno de sus compañeros sujetó al detenido para impedirlo. De todos modos, descontrolado, Galván atacó a golpes al menor y luego partió a la subcomisaría, donde ordenó realizar un acta pero sus colegas se negaron a hacerlo.

Entonces las cosas comenzaron a complicarse para ese oficial, porque la madre del chico llegó a la seccional y luego de que se lo entregaran enfiló a denunciar. Lo mismo hizo el jefe de la subcomisaría, al saber cómo había actuado el oficial.

Y fueron los testimonios de los compañeros de Galván, los que lo pusieron en aprietos, pues además de los golpes atestiguaron que amenazó al menor: 'Vas a aparecer en un zanjón', le dijo.

Tan complicado quedó el oficial, que días después, el 3 de enero de 2023, se resistió a ser detenido y protagonizó un tenso 'atrincheramiento'. Primero en el mayorista Yaguar, en Santa Lucía, donde se negó a bajar de su auto y otros policías prefirieron dejarlo ir hasta su casa de Caucete (lo siguieron a distancia) porque no sabían si tenía o no el arma dentro del vehículo. Ya en Caucete, uno de sus hermanos y otro policía, negociaron con él para que se entregara.

Ahora, estaría dispuesto a acordar un juicio abreviado con Fiscalía. Según fuentes judiciales, su intención sería conseguir una pena en suspenso (sin encierro) por apremios ilegales y amenazas, con penas de entre 1 y 7 años para ambos delitos.

Y eso sería posible a pesar de que ya registra una condena, pero sin cumplimiento de prisión: el martes, el juez Pablo León le aplicó una multa de $12.500 y 6 meses de inhabilitación para ejercer cargos públicos, por 'rehusar o retardar el cumplimiento' del protocolo de rigor dispuesto en casos de violencia de género, como detener al sospechoso y llevar a la víctima a denunciar. Eso ocurrió con el exdirector de Relaciones Institucionales del Ministerio de Turismo, Nahuel Fernández. Fue absuelto porque su expareja no quiso ir al juicio.

Además, Galván registra una denuncia por violencia doméstica, pues fue señalado por golpear a un hijo suyo, precisaron los voceros.