Imperturbable se mostró Pedro Gustavo Oris (40) al momento de ser condenado otra vez. La eventual unificación de la pena de ayer con la que ya tenía, puede resultar en una dura condena.

Ni fastidio ni resignación, ninguna emoción. Imperturbable, Pedro Gustavo Oris (40) escuchó que recibía un nuevo castigo de 16 años de cárcel, como si le estuvieran hablando de cualquier cosa. Nada dijo tampoco a los periodistas que buscaron alguna respuesta o reacción suya a ese fallo del juez Raúl José Iglesias (Sala I, Cámara Penal) por los graves abusos sexuales contra Camila, la nena hija de su expareja a la que dejó hemipléjica de una patada, el 24 de octubre de 2013 en Santa Lucía.

Por ese otro ataque que dejó al borde de la muerte a esa niña cuando tenía 8 años, ya había sido condenado a 17 años y la madre de la víctima recibió otros 10 años por su complicidad. Y ahora el magistrado adhirió al planteo de la fiscal Marcela Torres, que pedía 20 años de cárcel para Oris por los abusos sexuales con acceso carnal, agravados, entre otras razones, por el grave daño en la salud de la nena. Carolina Correa, abogada de la familia de la nena, había adherido al pedido de la fiscal, dijeron fuentes judiciales.

El juez le imputó a Oris, abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual con acceso carnal (prácticas de sexo oral) perpetrados por lo menos cuatro veces, que fueron las ocasiones que recordó la niña en su entrevista ante los psicólogos en Cámara Gesell.

La nueva condena pone a Oris en una situación complicada, pues el nuevo castigo debe unificarse con el anterior. Y aunque esa unificación no implica una suma aritmética de condenas, en Tribunales no descartan que al final cumpla un solo castigo (la ley ordena que sea así) de por lo menos 30 años de cárcel.

Durante el juicio, Oris había intentado despegar de la grave acusación al decir que siempre cuidó a la nena y que, si la tocó, nunca fue con una connotación sexual. En base a ese relato, su defensora María Noriega, había pedido al juez que Oris sea absuelto por el beneficio de la duda o, en todo caso, que lo condenara por abuso sexual simple. Ayer, anticipó que reclamará ante la Corte de Justicia para intentar revertir el fallo.

El caso Camila seguirá abierto también por otro motivo: su madre, la docente Alejandra de los Ríos, también será juzgada por su complicidad en los abusos.


La defensa anticipó que pedirá la revisión del fallo en la Corte