Otra vez drogas en la cárcel. Otra vez los guardias en la mira. En esta ocasión, dos trozos de marihuana que pesaron 272 gramos, fueron detectados en una recorrida por los propios uniformados en un sector del perímetro de acceso exclusivo al personal del Servicio Penitenciario Provincial. Y aunque todo parece indicar que al menos un guardia pudo dejarla ahí con la idea de pasar a buscarla tras superar la requisa, el juez federal Leopoldo Rago Gallo opinó que es imposible determinar quién o quiénes están ligados y que por eso el caso debe archivarse, dijeron fuentes judiciales. El archivo será el seguro destino de la causa, siempre que la fiscalía adhiera la posición del juez. De todos modos, indicaron que si surgen nuevos elementos para vincular a alguien con esa droga, se procederá al desarchivo.
El hecho en cuestión trascendió ayer, pero ocurrió el pasado 19 de setiembre, al mediodía, en un sector interior del predio de la cárcel cercano al perímetro y al estacionamiento de los guardias, indicaron.
Fue una pareja de uniformados los que se toparon con esos dos trozos de marihuana en una recorrida de rutina que les habían encomendado. En el acto avisaron a sus superiores y enseguida llegó al lugar personal de Drogas Ilegales, quienes determinaron que se trataba de marihuana.
Es la segunda vez en poco menos de dos meses que los penitenciarios quedan bajo la lupa, sospechados de intentar meter drogas para comercializarlas entre los presos dentro de la cárcel.
El pasado 28 de julio, en la requisa se descubrió que el penitenciario Bruno Martín (27) llevaba 26 gramos de marihuana en un recipiente plástico dentro de su mochila. Martín ya fue procesado, porque el juez está convencido pretendía vender esa droga a los presos del pabellón federal, es decir a los internos con causas por estupefacientes.
En esa causa, se sospecha que Martín tuvo otros dos compañeros cómplices.
