Que la modalidad usada últimamente por delincuentes para asaltar a familias en su casa es efectiva, no hay dudas. A menos de 24 horas de que dos ladrones sorprendieran a la empleada doméstica de un estudio jurídico de Capital y luego a dos socias de la propietaria para robar dinero y otras cosas, ayer en la mañana otro grupo de delincuentes usaron esa modalidad para dar un golpe al voleo en una vivienda de Rivadavia. Dos "motochorros" aprovecharon que la dueña de casa dejó un portón entreabierto tras la llegada de dos repartidores que le traían una heladera. La hija de la propietaria, de 5 años, se quedó en la puerta y fue en ese momento que los ladrones se acercaron y comenzaron a interrogar a la pequeña. Cuando su madre fue a buscarla, los asaltantes sacaron sus armas y encañonaron a la mujer y a los repartidores. Después los encerraron en una pieza y escaparon con unos 2.000 pesos, 2 celulares, anillos y cadenitas de oro y plata por un valor de 5.000 pesos, una notebook, una cámara de fotos, un módem y las llaves del auto familiar, describió Andrea Rodríguez (37 años, docente), la víctima.

Eran las 10 cuando los repartidores llegaron con una heladera nueva hasta la casa de la manzana "25" del barrio Natania XVII, Rivadavia. Rodríguez salió y les abrió una hoja del portón para que pasaran con el aparato hasta el fondo. Su hija se quedó en la puerta y su marido no se encontraba al momento del asalto, agregó.

En esos momentos, un sujeto con casco y otro con anteojos se bajaron de una moto (sería 110cc) y se cruzaron a donde estaba la pequeña. "Le preguntaron con quién vivía, si estaba mi marido y otras cosas. Cuando la escuché hablar, me arrimé a la puerta y los vi. De inmediato, sacaron dos armas", precisó Rodríguez.

Los malvivientes redujeron a los mayores, la nena y los llevaron a la habitación matrimonial. Mientras uno vigilaba a las víctimas, el otro revisaba cada rincón. A los empleados les sacaron 1.200 pesos y a la mujer unos 800, las joyas y los aparatos.

Tras media hora de terror, los ladrones encerraron a las víctimas en la pieza de la pequeña y huyeron en moto, contó la víctima. Luego, los repartidores destrozaron la puerta a patadas para poder escapar y pedir auxilio.

"Es la segunda vez que nos roban en 10 años. Lo único que agradezco es que nadie salió lastimado", señaló Andrea Rodríguez, agradecida.