Daniela Zárate (30) usaba el lavarropas en el interior de su casa cuando vio entrar desnudo al menor de sus tres varones, Agustín (1 año y 8 meses).
Partió en el acto a buscar un calzoncillo para ponerle, pero en esos segundos la sorprendería una de sus mayores desgracias: los gritos del mayor de sus niños, Facundo (8) para avisarle que Agustín había salido despedido luego de tocar los cables.
Entonces los nervios y la angustia porque el niño no reaccionaba. Entonces una carrera con pedal a fondo en el acelerador del auto de sus primos que viven al lado. Entonces fue rogar y rogar para que no ocurriera lo peor.
Y al principio pareció haber una buena señal cuando en el microhospital de Albardón reanimaron y estabilizaron al niño para poder llevarlo al hospital Rawson, pero allí Daniela y los suyos recibirían la peor de las noticias.
Todo ocurrió alrededor de las 14 de ayer en la casa donde Daniela, su esposo Eduardo Díaz (29 años, albañil) y sus hijos habitan en Santa Fe al 665, en la zona de Las Lomitas, Albardón.
El desgraciado accidente doméstico pudo haber sido peor y por eso el padre de la víctima, se mostraba dolido pero agradecido: ‘Diga usted que lo volteó al piso (al niño) porque si quedaba agarrado del cable, mi hijo mayor lo podía haber agarrado… gracias a Dios que eso no pasó’, dijo el joven.
Ayer, la principal suposición es que el niño metió un dedo en la conexión entre el enchufe del lavarropas y un alargue. Ahora, el caso será resuelto en la justicia.

