Tras el ataque, la Policía llegó al maxikiosco para empezar el trabajo pericial con el objetivo de hallar a los delincuentes.

"Qué vas a hacer hijo de p..., tirá, dale, tirá si vas a tirar hijo de p...". Eso le dijo un kiosquero a un delincuente momentos antes de que este último le disparara a la altura del abdomen durante un asalto en el local. Según la esposa del comerciante, su marido estaba empecinado en no ceder ante las amenazas del ladrón, que exigía el dinero de la recaudación. Y eso le terminó costando una herida de bala que por fortuna (y bastante) no hizo mucho daño, pues el tiro no afectó ningún órgano vital y el hombre, identificado como Sergio Fabián Posse (43), ayer estaba fuera de peligro. "Para mí no iba a disparar, lo hizo porque mi marido lo empezó a insultar", aseguró la mujer, Stella Tallata (49), quien estaba en el lugar al momento del ataque.

El golpe ocurrió a eso de las 21.45 del pasado jueves, en un maxikiosco ubicado en el barrio Huazihul, en Rivadavia. Allí también funciona un locutorio y además venden prendas de ropa.

A esa hora estaban en el lugar Posse, Tallata, una hermana de ella que padece síndrome de Down y Ángel Funes (29), un amigo de la familia que siempre los visita en el comercio. "Estábamos tomando mate cuando entró uno. Yo lo miré para atenderlo pero de repente sacó el arma", recordó Tallata. El ladrón llevaba un casco en la cabeza, pero tenía el rostro descubierto. Había llegado en moto con otro sujeto que se había quedado afuera haciendo de campana.

La mujer del comerciante baleado, Stella Tallata. En el lugar estaba también una hermana de ella, de 51 años, que sufre síndrome de Down.

"Nos gritaba que le diéramos la plata, pero le decíamos que no, que no teníamos", relató la mujer. "En eso el tipo se quiso pasar para atrás del mostrador, donde estábamos nosotros, pero mi marido se le puso enfrente", siguió.

En ese momento se produjo el fuerte cruce entre el kiosquero y el malviviente. Seguramente fuera de sí por la adrenalina, el comerciante alardeó e insultó al asaltante, quien no dudó en gatillarle. Hasta el amigo intentó calmarlo porque sabía del peligro, pero no pudo. "Ángel le decía: "ya está, tranquilízate", pero no había caso", apuntó la pareja del dueño del negocio.

Tras el disparo, el ladrón salió corriendo y escapó en la moto con el otro. Solamente se llevó un celular, el de Funes, que estaba arriba del mostrador.

Posse fue trasladado en una ambulancia hasta el Servicio de Urgencias del Hospital Rawson, donde los médicos constataron que la bala entró y salió, no causando demasiado daño. De todas formas, anoche continuaba internado en observación.

"Hace 16 años que tenemos el negocio ahí. Antes nos habían asaltado, pero hace como 10 años. Ahora vamos a poner cámaras de seguridad", cerró Tallata.