“No soy un héroe ni mucho menos. Lo único que hice fue defender a mi familia y mi laburo, porque no le podemos regalar un día de trabajo a estos tipos”. Eso dijo ayer Ernesto Vargas, un comerciante de 54 años, que el miércoles en la noche vivió junto a su esposa, dos de sus hijos y un cliente un violento asalto en su despensa en Villa Angélica, Rawson. Dos sujetos armados ingresaron al local y encañonaron al hijo menor de la pareja, de 8 años, exigiendo dinero. En eso, el hijo mayor del comerciante se trenzó en lucha con uno de los asaltantes y su padre apareció por detrás a enfrentar al otro ladrón. Para hacer más dramática la escena, en medio de la lucha hubo corte de luz en el comercio por un cortocircuito provocado por una botella con líquido que cayó sobre un enchufe. Finalmente, uno de los ladrones y un tercer cómplice a bordo de un auto escaparon con unos $2.000. No obstante, el otro asaltante fue retenido, golpeado y entregado por las víctimas a la Policía.
Todo ocurrió en “Despensa Jardín”, un negocio que tiene Vargas desde hace 20 años en su casa de calle 13 de Junio y Paso de Los Andes, Rawson. Según el comerciante, eran las 23 cuando dos ladrones armados con pistolas los sorprendieron junto a su familia y un cliente. “Estaba haciendo una carga virtual en el fondo cuando los tipos entraron; otro estaba afuera en un auto. Fui al negocio y Cristian (26, su hijo mayor) estaba peleando con uno. Ahí agarré al otro por detrás, nos caímos sobre una estantería y me corté la oreja”, dijo Vargas.
En ese momento, una botella cayó y provocó el apagón. Sonia, la esposa del comerciante, contó que junto al cliente fueron a oscuras a ayudar a Vargas, mientras Cristian (sufrió cortes en el cuero cabelludo) luchaba detrás del mostrador con el otro sujeto armado. Este último ladrón escapó con la plata de la registradora, pero su cómplice, identificado en la Policía como Osvaldo Daniel Masman Galván (44), fue retenido por la familia hasta la llegada de los uniformados.

