Eran las 9.30 de ayer cuando Javier Almeida (40) llegó en su auto a abrir la agencia de quiniela que tiene desde hace 11 años en Riobamba y Remedios de Escalada, en el Bº Jardín Policial, Capital. Antes de estacionar, vio a un sujeto con casco en la puerta y a un acompañante en moto. “Pensé que eran clientes”, contó el agenciero.
Almeida estacionó su rodado, abrió, prendió la radio, la registradora y enseguida, el drama: el mismo sujeto con casco que vio antes, entraba al local y lo encañonaba, al parecer, con una pistola 9mm., según la policía. “Cargó la pistola y una bala se le cayó al piso”, dijo Almeida. El ladrón intentó pasar el mostrador pidiéndole plata al agenciero, pero el hombre no se amilanó, le cortó el paso y le aclaró que no tenía dinero. Ahí el delincuente disparó a la base del mostrador y trató de subirse por donde se cobran las jugadas. En la maniobra rompió un vidrio y después volvió a disparar. El tiro dio en una vitrina, a centímetros de Almeida. Y en último intento por pasar al otro lado, el ladrón lanzó un tiro contra una pared para amedrentar a su víctima. No lo logró y tuvo que escapar con su cómplice sin poder robar siquiera el sencillo que le ofreció Almeida. “Tuve suerte de que no me pasara nada malo”, dijo Almeida, agradecido.

