El agente penitenciario Andrés Trigo (35) supo ayer en Tribunales que su primera versión en la policía de haber matado de un tiro en el pecho con un arma oficial a su vecina de 16 años, Gisela Bazán, por ahora no tiene respaldo en la investigación que dirige la juez María Inés Rosselot (Quinto Juzgado de Instrucción). Ayer, conoció las pruebas que pesan en su contra pero por consejo de su abogado no dio ninguna versión en su favor y al final se enteró que le imputan homicidio simple, es decir aquel delito que se configura cuando alguien tuvo intención de matar, dijeron fuentes judiciales.

La escala penal para un homicidio simple varía entre los 8 y los 25 años de cárcel y no es excarcelable. Por eso luego de abstenerse de declarar Trigo fue trasladado como detenido a la cárcel de Chimbas, la institución en la que hacía medio año se había incorporado luego de un pasado de changas y trabajos precarios.

¿Por qué creen que hubo intención homicida? Porque la primera versión, informal, que Trigo dio ante los pesquisas policiales no encaja con las pruebas recolectadas hasta ahora en la investigación. Una de esas evidencias es la autopsia: según las fuentes, revela una trayectoria del proyectil en el cuerpo distinta a la que hubiera tenido según esa primera explicación que dio el sospechoso.

Gisela Bazán murió minutos después de las 17 del 4 de octubre pasado en la cama del dormitorio de la madre del penitenciario, en el Lote Hogar 43, Chimbas, donde el detenido vivía luego de separarse de la madre de sus 6 hijos. La chica era vecina de toda la vida de esa mujer y aquella tarde llegó supuestamente de paso porque en realidad pensaba tomar mate en la casa de la hija de su vecina, que vive en otro lugar.

Aquella tarde Trigo se preparaba para irse a su trabajo cuando sacó el arma de un ropero del dormitorio de su madre y ahí Gisela recibió un balazo de una Ballester Molina 11.25, que se metió debajo de su mama derecha y quedó alojada en la zona de su columna. Quedó tendida en la cama y la primera explicación que recibieron los parientes de la chica (segunda de cinco hermanos) fue la de un desmayo. Los pesquisas también dudaron de Trigo porque mandó a su hermano a avisarle a la policía una vez que se comunicó con un abogado, y eso los hace suponer que quizá ese letrado le aconsejó lo que iba a decir o instalar la idea del accidente.