"Estoy conforme con la sentencia, era lo que esperábamos", dijo Norma Carpio, luego de abrazarse y llorar con sus parientes más íntimos en la puerta de Tribunales. Ese fallo, prisión perpetua, era lo que habían pedido el fiscal Daniel Galvani y el abogado de los Carpio, Gustavo Sánchez, por la muerte de "Ringo", como ellos le decían al changarín pensionado Silvio Roberto Carpio (47).

El destinatario de ese castigo impuesto ayer por los jueces Víctor Hugo Muñoz Carpino, Silvina Rosso de Balanza y Maximiliano Blejman (Sala II, Cámara Penal) fue su vecino, Braian Emilio Gómez Olmos (22).

El tribunal lo condenó por haber cometido un homicidio agravado criminis causa y por robo agravado por el uso de un cuchillo. El agravante del crimen se aplicó porque Olmos era vecino de Carpio y todo indica que lo mató para salir impune del robo y no lo denuncie.

Todo pasó entre las 00,00 y las 2 del 23 de marzo de 2019 en la casa de la víctima en Boulevard Sarmiento 575 Oeste, en Villa San Damián, Rawson. Allí habían ido a parar Carpio, su homicida y dos jovencitas (una de ellas inimputable) para continuar bebiendo alcohol.

En un momento, Gómez Olmos comenzó a pedirle plata a Carpio amenazándolo con un cuchillo. Y a pesar de conseguir algo de dinero, decidió aplicarle múltiples puntazos y ultimarlo a golpes con un ladrillo en la cabeza.

Gómez y las menores huyeron de la casa con dos garrafas de 10 kg, una hormigonera, un DVD, un casco, una pala. Pero cayó porque lo vieron salir de la casa con esas cosas y sobre todo por pruebas de ADN: había sangre de la víctima en una de sus zapatillas y el fallecido tenía restos genéticos de su homicida debajo de sus uñas.

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Conformes con la sentencia se mostraron los familiares del changarín asesinado.
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