Para la fiscal de Cámara Penal Marcela Torres no hay dudas: ayer pidió 18 años de cárcel para un albañil de 56 años, pues consideró que de las pruebas se desprendió que cometió abusos gravemente ultrajantes y corrompió sexualmente a su hijo y a su hija cuando eran niños (entre 1993 y el año 2000), y se animaron a denunciarlo un par de años atrás (hoy tienen 33 y 32 años). Según el relato fiscal, tal fue el nivel de agresión y corrupción sexual perpetrado por el imputado, que al menos en una ocasión se desvistió e hizo desvertirse a sus hijos, los manoseó y obligó a que tuvieran sexo entre ellos, situación que el varón sorteó mintiéndole a su padre sobre la concreción de ese acto.

El acusado está detenido desde abril de 2019 y ante el juez Víctor Hugo Muñoz Carpino (Sala I, Cámara Penal), negó haber cometido ataque sexual alguno y atribuyó todo a una suerte de venganza de sus hijos para sacarlo de la casa, porque él pretendía que salieran a trabajar y eso generaba grandes conflictos domésticos.

El caso es polémico. El defensor José Nicolás Carrizo enumeró ayer al menos 4 "rectificaciones" de los hermanos para desligar a su padre de los delitos sexuales. Es más, durante la investigación presentaron un escrito en el que aseguran haber sido inducidos en la Comisaría de la Mujer a denunciarlo por abuso, cuando ellos lo que pretendían era solo acusarlo por la violencia verbal y física a la que los sometía.

Al momento de declarar en el juicio, la fiscal pidió detener a la joven denunciante porque insistió en negar los abusos, pero al final desistió de pedir que la investiguen por falso testimonio, pues los psicólogos que entrevistaron a los hermanos aseguraron que el hecho de que se "retractaran" es uno de los signos habituales de las personas abusadas, para acomodar la situación pues se sienten culpables. Esos profesionales también afirmaron que habían detectado en los hermanos la mayoría de los indicadores de los chicos que sufrieron situaciones de abuso sexual.

La defensa del albañil cuestionó por contradictorios los dichos de los hermanos y descalificó por "subjetivos" los informes de los psicólogos, pues a su entender debieron tener en cuenta que la angustia, los síntomas depresivos y otras señales (como un intento de suicidio del hijo del acusado), bien pudieron provenir de otros acontecimientos traumáticos que son parte de la historia de los hermanos: ella -dijo- tiene labio leporino, problemas de habla y un hijo que no puede mantener. Y el varón atravesó un intento de suicidio porque perdió un bebé nacido prematuramente y su mujer lo abandonó.

La próxima semana, el juez escuchará las últimas palabras del acusado y decidirá si debe o no seguir preso.

Para Fiscalía, se probó que atacó a sus hijos, hoy de 33 y 32 años, cuando eran niños. La defensa pidió la absolución.