Tres hechos de abuso simple y dos con acceso carnal (prácticas de sexo oral). Para el abogado de la víctima, Franco Montes, no hay dudas de que en el juicio se probaron todos esos ataques sexuales por parte del farmacéutico J.P.D. contra su hijastra, cuando la chica tenía 17 años y el hombre pasaba mucho tiempo a su cuidado durante la pandemia por el covid, mientras la madre de la jovencita trabajaba. Por eso, ayer le pidió al juez Maximiliano Blejman (Sala II, Cámara Penal) aplicarle un condena de 22 años de cárcel. En la misma sintonía, el fiscal Daniel Galvani argumentó que el profesional cometió abusos simples reiterados y también que perpetró esas prácticas equiparables por ley a las violaciones, pero pidió 15 años de castigo.

El acusado no declaró durante el juicio, pero durante la investigación (lleva 2 años y 8 meses preso) negó de plano haber agredido a su hijastra y hasta dijo estar sorprendido por la denuncia en su contra, porque él la consideraba "como una hija".

Su abogado defensor, Leonardo Villalba, le pidió al juez la absolución o en todo caso que lo condene por el delito de abuso simple. Según el letrado, el magistrado no debe darle mayor valor probatorio al informe psicológico de la jovencita sobre el de su cliente, porque en ambos se asegura que "no mienten". Además, cuestionó la versión de los hechos que dio la chica y los argumentos de los acusadores.

Entre las pruebas citadas por los acusadores, están el relato de la joven, los informes de psicólogos que detectaron signos de abuso sexual. La declaración de una hermanita de la denunciante, que aseguró haberla visto ponerse incómoda y llorar cuando quedaban a solas y su padrastro se le acercaba. O los dichos de la madre de esas niñas, cuando afirmó que cuando su hija denunció y ella se comunicó con su suegro, el hombre le respondió: "Entonces es cierto lo de Valle Fértil", en alusión a dos denuncias que tenía el imputado por "acoso sexual", dijeron fuentes judiciales.

Pero el relato de la chica, en el juicio, pareció lo que más lo complicó. Ejemplificó con detalles cómo fue obligada a practicar sexo oral, cómo le hicieron lo mismo y cómo, luego, el imputado pedía perdón y le decía que no dijera nada porque iba a provocar la ruptura de la familia. El lunes puede haber veredicto.