La angustiante desesperación de Mariela Páez (39 años, embarazada) fue no ver a Lautaro (4) por ninguna parte en medio de ese denso humo que se adueñaba de cada rincón de la casa que alquila hace dos años. Según Mariela, ella se despertó por el estallido de la llave térmica cuando dormía con su pequeño Nicolás (1 año y medio), y esa sensación horrible se le quitó recién cuando su niño apareció caminando por la vereda, desde la esquina en la que estaba jugando. Para entonces los vecinos y policías de la Seccional 6ta tiraban agua y rescataban algunos muebles por la única habitación que no era alcanzada por las llamas.

El trabajo de los bomberos de Rawson al mando del comisario Marcelo Heredia, fue clave para evitar que no se extendiera a casas vecinas, pero el daño en la vivienda donde vivían Mariela y Roy Tejada (25) ya estaba hecho. Dos equipos de aire acondicionado, dos televisores (uno LCD), cuatro camas, dos modulares, tres roperos, toda la ropa y el calzado de la familia, la heladera, el lavarropas, mesas, sillas y todos los electrodomésticos sucumbieron ante las llamas, el calor y el hollín.

El techo de cañas y palos con cielo raso en toda la vivienda (tres dormitorios, la cocina, el comedor y el baño) también quedó destruido en segundos, porque entre las planchas de telgopor y las cañas había una cámara de aire que oxigenó y avivó las llamas, explicaron.

Todo pasó alrededor de las 17,30 de ayer en Alvear al 1786 Sur, en Villa Cenobia Bustos. Y terminó con polémica. Porque los vecinos se quejaron de la ‘demora’ de los bomberos, que negaron de plano la tardanza y dijeron haber acudido apenas recibieron el llamado porque no tenían otra emergencia que atender.

Pero sin dudas el principal foco de conflicto fue la discusión por el origen del fuego entre los inquilinos y quienes les alquilan, quienes cruzaron insultos y hasta empujones. Los primeros estaban convencidos de que hubo una falla eléctrica y, de paso, se quejaron por no tener buen suministro de agua desde que alquilan. Sin embargo, los dueños de la vivienda atribuyen todo a un supuesto juego del hijo mayor de sus inquilinos con pirotecnia.

Hasta precisaron que unos niños vecinos les mencionaron de un petardo que fue colocado en la mesa del comedor y alcanzó el techo de telgopor.

Cuando los bomberos controlaron el siniestro, pidieron la intervención de un perito, quien revisó la instalación y desechó un siniestro originado por problemas eléctricos, dijeron fuentes policiales. Paralelamente, los policías parecieron identificar (aún restan las pericias definitivas) otros dos focos de fuego que se acercaban más a un accidente doméstico. Y por eso no descartaban la incorrecta manipulación de pirotecnia.