Los jueces Javier Figuerola, Verónica Chicón y Ana Lía Larrea declararon culpable a Paolo Enrique Carbajal (21) por el homicidio doblemente agravado de su padre, el policía federal Miguel Ángel Carbajal (54). Si bien mañana se realizará el juicio de cesura, la única salida que tiene esa resolución es una condena a perpetua, explicaron fuentes judiciales.

La decisión fue por mayoría, es decir, dos votos contra uno. Cabe aclarar que en este juicio no estaba en discusión la autoría del crimen, pues el propio Paolo Carbajal lo había confesado. Lo que estaba en debate era si había cometido un homicidio agravado o simple.

Para fiscal coordinador de la UFI Delitos Especiales Iván  Grassi (estuvo acompañado por los ayudantes fiscales Maximiliano Gerarduzzi e Ignacio Domínguez) el imputado cometió un homicidio doblemente agravado: por alevosía y por el vínculo existente entre ellos. Mientras que el defensor César Jofré pretendía que se lo castigara por un homicido simple, que comprende penas menores (de 8 a 25 años de prisión). Si bien no tuvo éxito, ahora puede reclamar ante un tribunal superior.

EL HECHO

En la madrugada del 14 de noviembre del año pasado el acusado ingresó a la casa de su padre, en la Villa Huarpe de Pocito, sin ejercer violencia porque tenía un juego de llaves. Luego caminó de manera sigilosa hasta la habitación del hombre y lo acuchilló mientras dormía, causándole la muerte en el lugar con una navaja tipo sevillana. 

Según Fiscalía, Paolo Carbajal ideó un plan para eliminar a su padre, pues viajó de Salta días antes del crimen, se alojó en diferentes hoteles para despistar y cuando llevó a cabo el ataque se colocó guantes. 

Para el fiscal Grassi se configuró el agravante de la alevosía porque el joven atacó a cuchillazos a su padre mientras dormía, es decir, en estado de indefensión. Mientras que el defensor Jofré sostenía que eso no estaba acreditado y aparte buscaba que a su cliente no se le endilgara el agravante del vínculo, teniendo en cuenta que la víctima no era padre biológico del joven. 

Paolo Carbajal estaba viviendo en Salta, en lo de su abuela materna, con sus dos hermanos menores. Según la acusación, sacó tres pasajes a San Juan con diferentes fechas, finalmente llegando a la provincia el viernes 12 de ese mes. Al llegar se alojó en un hotel, sin mostrarse ante su familia. Y luego del crimen simuló que había llegado tras conocer la muerte de la víctima.