El camión semirremolque no volcó, pero el brusco volantazo que realizó el chofer fue clave para que casi toda la carga de gaseosas y aguas que traía desde Córdoba a la capital sanjuanina terminara esparcida en el asfalto y la banquina. El camionero diría luego a la Policía que se vio obligado a realizar esa maniobra poco después de descender la Cuesta de las Vacas, en Caucete, porque se le atravesó un animal en plena Ruta 141, dijeron fuentes policiales. De todos modos, los motivos de ese problema quedaron bastante al margen para un enjambre de gente que se arremolinó en minutos sobre esas botellas, agradecidos por ese imprevisto ‘regalo’.

Mujeres, niños, jóvenes, hombres, del lugar y los que pasaban, todos se lanzaron a cargar lo que más pudieron de esas botellas, incluso en autos y camionetas, y arriesgándose entre los vidrios rotos de los recipientes.

El propio camionero, identificado como Martín Arévalo, evaluaría luego las pérdidas en un 70 por ciento, indicaron voceros policiales.

La particular escena no fue nueva en esa zona donde ya ocurrieron hechos similares. Sucedió minutos después de las 12,30 de ayer y en el acto concitó también la atención de las fuerzas policiales, pues fue necesario dejar en condiciones la ruta y controlar el tránsito para evitar que la ansiedad del momento no degenerara en un accidente.

Por eso se hicieron presentes uniformados de la Policía Rural, la seccional 9na y los Bomberos, que se encargaron de limpiar y dejar transitable esa ruta donde los siniestros suelen ser moneda corriente.