No hubo prueba genética (ADN) en su contra. Tampoco testigos que lo implicaran. Hasta el supuesto autor del homicidio, Fernando Fabián Flores, había dicho que su vecino y amigo Luis Alfredo Aguirre (alias ‘Guacho’, 23 años) nada tuvo que ver con esa tragedia (Flores se autoincriminó) que terminó con los días de Rocío Celina Villalón (16) sobre las 7 del 28 de setiembre del año pasado en calle 8, entre Lemos y Mendoza, Pocito. Cada una de esas evidencias habían sido mencionadas por el defensor de Aguirre, César Jofré, cuando pidió al juez que desligara a Aguirre de la causa.

Y el magistrado que subroga en el Quinto Juzgado de Instrucción, Guillermo Adárvez, le dio la razón. Dictó falta de mérito en favor de Aguirre, quien recuperó su libertad la noche del martes, dijeron fuentes judiciales.

La decisión del juez no significa que Aguirre quede desligado del caso, pero todo indica que la situación del joven marcha hacia el sobreseimiento definitivo.

Ahora resta decidir la suerte de Flores, quien fue indagado por un delito castigado con perpetua: homicidio agravado por femicidio y alevosía, es decir por atacar a la víctima cuando estaba indefensa.

Rocío y Flores mantenían una relación con contactos esporádicos. Y todo indica que la madrugada del 28 de septiembre protagonizaban uno más de esos encuentros, luego de compartir algunas cervezas y de dejar en su casa a una amiga de Rocío y en la suya a Aguirre, amigo y vecino de Flores en el barrio La Estación, Rawson.

La versión de Flores ante las autoridades del Quinto Juzgado de Instrucción, fue que esa mañana Rocío le recriminó, dentro de su auto Renault 18, que siempre la usara para tener sexo.

Y que allí comenzaron a discutir hasta que ella le quiso pegar con una botella de cerveza, que él le quitó y la tomó para romperle el rostro con un botellazo a la jovencita. También dijo que mientras ella le tiraba el pelo él la tomó del cuello hasta que la chica ya no reaccionó.