Destruida estaba Patricia Lucero por el trágico final de su padre Fernando. El hombre había salido a hacer las compras para el almuerzo cuando terminó siendo la víctima inesperada de un choque entre dos camionetas.


El 25 de mayo pasado había cumplido 82 años Fernando Lucero. Y a pesar de su diabetes, su consigna era la actividad: barrer y limpiar su casa, hacer changas tapizando sillas a sus vecinos y conocidos. Partir en su bicicleta desde su domicilio en Rawson hasta Capital para comprar la cuerina de sus trabajos. O para hacer las compras diarias, porque todos los días hacía de comer para él y su esposa Reina Esquivel (85). Justamente eso pretendió hacer el lunes a la mañana, sobre las 9.30, pero cuando tenía la bicicleta en la vereda, notó que una rueda estaba pinchada y partió a pie. Unas 7 cuadras después, en un barrio vecino, la muerte lo sorprendió de una manera insólita: los conductores de dos camionetas Toyota no frenaron en un cruce de calles, uno de los vehículos hizo un trompo y se fue contra el jubilado.

Parecía cosa de nada, porque luego del impacto quedó consciente, dio sus datos a la Policía y al personal sanitario, les aportó el número de su hija Patricia que vive al lado y estaba muy pendiente de sus padres. Precisamente Patricia era la que vivía diciéndole que no saliera, que ella podía hacer las comprar y otros quehaceres de la casa, pero no había caso.

El estado de salud de ese jubilado que durante muchos años fue pintor de obra, resultó al final engañoso, porque al mediodía una grave lesión cerebral terminó con sus días en el hospital Rawson.

El jubilado quedó consciente tras el impacto. Pero tenía una grave lesión cerebral.

"Por no frenar destrozan una familia. Esto es muy injusto, cuando me llamaron del hospital yo pensaba ir a traérmelo a mi papá y mire en lo que terminó, me mataron a mi papá", dijo ayer Patricia, uno de los seis hijos de Fernando y Reina.

Fernando vivía justo en una de las esquinas de Libertad y Laprida, en el barrio Neuquén, Rawson. De allí salió a pie comprar las cosas para el almuerzo pero a unas siete cuadras, en el cruce de Baqueano y Clemente Sarmiento, en un barrio vecino al suyo, el Sarmiento, la Toyota Hilux que guiaba Mario Oliver lo tumbó violentamente al piso.

Según fuentes policiales, este conductor circulaba de Sur a Norte por Clemente Sarmiento cuando embistió a la Toyota Tundra que guiaba hacia el Este por Baqueano Eduardo Pi, indicaron.

Ambos estaban ayer detenidos en la seccional 6ta por orden de la jueza en lo Correccional, Mónica Lucero, quien deberá resolver cómo cierra la investigación del caso. Por ahora, sobre ambos conductores pesa la sospecha de un homicidio culposo (matar sin tener esa intención).