Daños mayores sufrió en su casa el oficial Rafael Pérez Ríos. Al parecer, el siniestro se inició por un cortocircuito en una pava eléctrica.



 

La prefabricada de madera ocupaba un espacio de unos 6 metros por 6 en el frente de la casa, y para el oficial inspector Rafael Pérez Ríos y su familia tenía un valor muy especial: fue el puntapié para poder construir, con esfuerzo, el resto de la casa, con ladrillos y materiales más resistentes. Pero ayer cerca de las 10 de la mañana, ese lindo pedazo de historia familiar terminó en escombros, junto con un freezer, una heladera, dos televisores, dos equipos de aire acondicionados, mesa, sillas, un mueble con toda la mercadería, entre otras cosas. Y dejó a la familia, transitoriamente, sin tener donde vivir, porque la intensidad del calor y el hollín terminaron por arruinar también el baño, las paredes y otras cosas de esa casa situada en calle Gorriti, entre Hipólito Yrigoyen y Belgrano, en Santa Lucía.

Igual, el policía no daba mucha cabida al lamento porque algo de mucho mayor valor había quedado completamente a salvo: su familia. "Ya está, son cosas; lo bueno es que a nadie en mi familia le pasó nada. Yo como policía participé en situaciones mucho más desgraciadas. Vamos a seguir trabajando para salir adelante", dijo ayer.

Y de pasó agradeció: "Tengo una familia de fierro y unos vecinos excelentes. Ellos se pusieron a tirar agua hasta que llegaron los bomberos y después me ayudaron a limpiar, seguro que vamos a estar bien", comentó.

Al parecer, el siniestro fue ocasionado por un cortocircuito en una pava eléctrica dentro de la prefabricada, que iba a ser cambiada por una construcción de ladrillos.