El informe de las cámaras de seguridad, en la plaza Aberastain, en Capital, y cerca de la casa de la víctima, en Chimbas. La geolocalización de sus teléfonos. Varios testigos. Y principalmente el cotejo de ADN de ambos acusados con objetos de la casa (un guante, un vaso) y restos genéticos hallados en las uñas de la víctima. Toda esa evidencia resultó clave para el fiscal Daniel Galvani y también para los jueces Juan Bautista Bueno de la Cruz, Daniel Guillén y Benedicto Correa (Sala II, Cámara Penal) que ayer condenaron a prisión perpetua por el crimen del luthier Juan Carlos Scalzotto (67) a Juan Manuel Menéndez (22 años, alias "Porteño") y a Marcelo Eufemio "Chelo" Sosa (24), a quien declararon reincidente pues ya tenía una condena de 2019 de 2 años de cárcel por tenencia ilegal de un arma.

El tribunal consideró, tal como Fiscalía, que ambos cometieron un homicidio doblemente agravado, por la alevosía (atacarlo cuando estaba indefenso) y criminis causa, es decir por haberlo matado para asegurarse otro delito, el robo, pues en la madrugada del 20 de febrero de 2018 huyeron llevándose su Chevrolet Corsa, tres guitarras, dinero y otros aparatos que luego vendieron a unos colombianos, ya beneficiados con la probation, indicaron voceros judiciales.

En la tarde de aquel 20 de febrero, Scalzotto fue encontrado entre dos camas, desnudo, amordazado, con un golpe en la cabeza, atado con las manos hacia atrás con un cinto y sus piernas y tobillos con otro cinto y una cámara de bicicleta. El médico forense estableció luego que había muerto asfixiado, porque lo estrangularon con una sábana, indicaron.

Condenados. Marcelo Sosa y Juan Manuel Menéndez

 

Sosa y Menéndez conocían a Scalzotto porque era homosexual. Y todo indica que se aprovecharon de la confianza que les dio llevándolos a su casa del barrio Lebensohn, en Chimbas, para perpetrar el ataque.

Ayer, sin embargo, los defensores oficiales Marcelo Reiloba (asistió a Menéndez) y Mariela López (a Sosa) pidieron la absolución de sus defendidos. Reiloba sostuvo que no había pruebas contundentes de que Menéndez hubiera estado en la casa de la víctima el día y a la hora del crimen. También cuestionó los informes policiales, el modo de proceder y la cadena de custodia de los restos genéticos recogidos en la escena del crimen. En un tono similar, López también cuestionó la investigación y pidió la absolución de su defendido por el beneficio de la duda o, en todo caso, una condena menor por homicidio en ocasión de robo. Ahora, podrán pedir la revisión del fallo ante la Corte de Justicia.