El juez Alberto Benito Ortíz procesó, y dispuso que siga preso en el penal, al joven encargado de un bar de Desamparados que está acusado de violar a una joven clienta que se desmayó en uno de los baños de su local. La chica era virgen y se despertó en el piso con su cuerpo semi desnudo. Ella junto a tres amigos fueron al pub esa noche a divertirse y ahí conoció por casualidad al acusado, de 32 años.

El ahora procesado es Martín Leónidas Herrera, quien administraba el bar de su familia llamado L’Ovella Negra en el Lateral de Av. Circunvalación, entre Ignacio de la Roza y Libertador, en Desamparados, Capital. El ‘Gallego’, tal cual es su apodo, es acusado por el delito de abuso sexual con acceso carnal que tiene una pena de 6 a 15 años de cárcel. El auto de procesamiento no está firme, ya que su defensa apeló el fallo.
Herrera permanece detenido desde el 19 de mayo del año pasado. La víctima, de 19 años, denunció que éste la violó la madrugada del 23 de abril del mismo año.

La investigación del juez Ortíz, del Primer Juzgado de Instrucción, dio por acreditado que aquella noche la joven y tres amigos fueron a dicho bar y empezaron a beber. Tomaron cerveza, vino y whisky en la planta alta. Herrera conocía a uno de los varones y se acercó a la mesa a charlar. La chica empezó a sentirse mal y fue al baño de la planta baja, donde se descompuso. 

La chica declaró que no había gente y abajo estaba casi oscuro. Fue ahí que apareció Herrera, que entró al baño con la excusa de preguntarle si se sentía bien. Ella le pidió que se fuera y en los segundos siguientes perdió el conocimiento. Después, aún mareada, alcanzó a ver al muchacho encima suyo.

Más tarde, cuando recobró el conciencia ya estaba sentada en el piso afuera del sanitario, con el pantalón y la ropa interior abajo. Le dolía la zona genital y tenía manchas de sangre, de modo que se dio cuenta que había sido abusada y empezó a llorar hasta que apareció uno de sus amigos. No le dijo nada a los jóvenes por vergüenza, pero llamó a sus hermanos para que la buscaran y al otro día contó todo lo sucedido.

El informe médico confirmó que la chica era virgen y que esa noche había sido ultrajada. Todos los testigos son coincidentes en señalar que no vieron el ataque sexual, pero afirman que el único que entró al baño o se dirigió hacia allí fue Herrera. Este por su parte afirma que nunca estuvo dentro de baño con la chica y que sólo le pasó unas servilletas.