El juez Eduardo Agudo, del Primer Juzgado Correccional, tomó una medida inédita en un caso de violencia de género: ordenó ponerle una pulsera electrónica a un arquitecto que violó una orden de restricción, como condición para otorgarle la excarcelación.


“Imponer como medida especial a cumplir por el imputado la incorporación al Programa de Personas bajo Vigilancia Electrónica”, dice la resolución. De esa manera, la Justicia tomó una posición más dura para con los casos de violencia de género en donde los sujetos violan las órdenes de restricción hacia las víctimas.


Con el uso de la pulsera electrónica, el juez Agudo quiso asegurarse que los profesionales dependientes del Ministerio de Gobierno van a estar monitoreando al sujeto y que habrá una forma de prevenir si intenta acercarse nuevamente a la víctima, explicaron.


El Tercer Juzgado de Familia le había impuesto a Leonardo Daniel Augusto María, de 56 años, una orden de restricción por la denuncia que le hizo su exmujer. El sujeto, de profesión arquitecto y docente universitario, fue a la casa de su ex y le rayó las paredes y un portón con aerosol, escribiendo insultos. También rayó un cartel vial.


Como cometió el delito de “desobediencia a una orden judicial” y “daños”, se abrió una causa penal en el Primer Juzgado Correccional. Allí fue donde, mientras se resuelve el caso, el juez Agudo le otorgó la excarcelación al profesional pero con una pulsera electrónica y la orden de “mantener una prudente distancia” de su exmujer y las dos hijas de ella, “absteniéndose de todo acto de violencia y/o intimidación, de cualquier naturaleza que fuere y por cualquier medio utilizado”.