Inservible. La Dodge 100 ahora es chatarra. Al fondo, Marta Flores mira lo que quedó de la camioneta. Su marido lloró cuando la vio en llamas.

Raúl Isla (63) lloró cuando en la tarde del último miércoles vio su camioneta en llamas, porque además de la pérdida material significó para él un golpe a sus sentimientos: amaba esa Dodge 100 con la que hace un tiempo supo andar de gira por San Juan y Cuyo con su banda de música tropical. La angustia se convirtió en bronca cuando analizó que, sin batería ni nafta, no cabía otra que un ataque intencional. "Diez años parada, ¿cómo se va a incendiar ahora?", se quejó Marta Flores (60), la esposa, y contó que Isla ahorraba para restaurarla. "Ahora ya no sirve más, está quemada entera... valía mucho más de $100.000. La verdad es que no tenemos problemas con nadie, mi marido lloró hasta que se cansó", agregó. La camioneta estaba estacionada en el garaje de su casa de la Villa San Damián, en Rawson.