Eran las 6 de ayer cuando un vecino corrió desesperado hasta la casa de José Antonio Alamino (38 años, mecánico) y le avisó que un auto que estaba estacionado en el frente de su casa de Rawson se estaba quemando. Cuando el mecánico salió a la calle, se topó con un desastre: el Peugeot 504 que había dejado un cliente hace un mes y que estaba por entregar en unos días más, ardía sin control. De inmediato, el hombre llamó al 911 y una dotación de Bomberos llegó a extinguir las llamas que envolvían el auto, según la policía. Pero el esfuerzo de los uniformados fue en vano, porque el fuego había reducido el rodado a chatarra. En la comisaría 6ta no descartaban ninguna hipótesis, pero el dueño del taller estaba convencido de que el ataque estuvo dirigido al dueño del vehículo y no a él porque podrían haberle causado otros daños en su propiedad o en otros vehículos y no lo hicieron.

Según Alamino, un cliente, de apellido Santander, le había dejado el Peugeot 504 modelo "88 hace un mes para que le cambiara el motor, porque se lo había fundido. Y desde hacía una semana, ese rodado estaba estacionado en la puerta del taller en calle Devoto 878 Oeste, Rawson. "En unos días más lo estaba por entregar porque lo único que le faltaba poner era la tapa de distribución", aseguró el mecánico.

El mecánico explicó ayer que algunos vecinos dijeron haber visto a dos sujetos causando destrozos en el Peugeot. Y por eso su hipótesis es que intentaron robar algo del interior y al no encontrar nada, rompieron parte del costado izquierdo del parabrisas y por ese hueco prendieron fuego en el asiento del conductor. "Cuando salí no había nada que hacer. Realmente no sé si el muchacho que lo dejó tiene un problema… Si sería conmigo me habrían quemado los otros autos que estoy arreglando y que por falta de espacio en mi casa, quedan en la calle", dijo Alamino.