Sentado sobre un tronco afuera de su casa, con la cabeza gacha y conteniendo las lágrimas. Así estaba ayer Fabián Maurín, totalmente destruido por el crimen de su hijo Matías (26), alias "Pochi". "Quisiera matarlos a todos juntos porque a mi hijo nadie me lo va a devolver, jamás. Y ahí andan, sueltos, refugiados", largó con impotencia y se fue a ver a su esposa que adentro de la casa se acababa de desmayar, por sexta vez. "Me dan ganas de matar a todos esos giles, a todos. Matías tenía sus cosas, no te voy a mentir. Pero no molestaba a nadie, era un pibe divertido muy querido por los niños", tomó la posta Cintia, una hermana. Ella y otros familiares sindicaron a Nahuel Sosa (del clan "Pastelitos") como el que efectuó el disparo mortal que se coló por el pecho de la víctima. Ese sujeto de 19 años que tiene antecedentes penales anoche seguía prófugo, según fuentes judiciales.

La casa de los Sosa está ubicada en la anteúltima calle de la Villa del Sur, en Chimbas. Unos 300 metros la separan de la de los Maurín, en la Villa Juan XXIII. "Los problemas con ellos vienen de hace mucho, ellos quieren mandar acá, se hacen los jefes, como venden droga tienen que ser los jefes", expresó Cintia.

El domingo los problemas comenzaron a eso de las 18, en el playón de la Villa del Sur, cuando un grupo de hombres, mujeres y niños, entre ellos los Maurín, terminaron de jugar a la pelota. "Ya nos veníamos cuando estos otros pasaron y empezaron a largar piedras. Mi hermano fue y le pidió un mano a mano (a Nahuel Sosa), pero el otro se fue corriendo a su casa a buscar un revólver. Volvió con su hermano y otros más, y empezaron a largar tiros", afirmó Marianela, otra hermana. Supuestamente la banda de los Sosa tenían armas calibres 9, 22 y 38 mm.

Según los vecinos, se escucharon una veintena de disparos y cada bando estaba conformado por más de 10 personas. Los Maurín afirman que Nahuel Sosa le disparó a la víctima desde arriba del techo de su casa, cuando el otro estaba escondido detrás de una pared. El muchacho intentó correr pero se desplomó y murió. Lo que siguió fueron puros desmanes. La casa de los Sosa (se fueron todos), ahora custodiada por Infantería, quedó destruida: le arrancaron el portón, rompieron vidrios y se llevaron cosas. "Fueron los guachines", dijo Cintia.

Buscado. Nahuel Sosa es el principal sospechoso.

El caso tiene 4 menores demorados, vinculados a la banda de los Sosa, conocida en el ambiente delictivo. La víctima también tenía antecedentes: hacía unos 3 meses había salido del Servicio Penitenciario, donde estuvo preso por robarle dos celulares y un secador de pelo a una vecina. Mientras estuvo allí también había sido noticia, en octubre pasado, cuando lo hirieron en una gresca entre internos.