Nunca más cierto ese dicho de que ‘cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía’. Porque esto mismo habrá pensado el cura de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Andacallo cuando recibió los llamados de un hombre que decía pertenecer a una conocida empresa, la cual supuestamente había donado computadoras y materiales de construcción para la comunidad religiosa de Chimbas. La duda se agigantó cuando detrás de tan importante oferta, apareció el pedido de dinero para el flete. El sacerdote entonces sospechó e hizo sus averiguaciones, que le confirmaron que se trataba de una trampa. Fue así que el día que pretendieron buscar el dinero, el padre avisó a los policías de la Seccional 17ma e hizo llevar preso al muchacho que pretendía cobrarlo.

Detrás de la detención del sujeto, identificado como Fabio Castro (26), aparecieron pistas que lo vinculan con el conocido estafador César Vignoli, comentó un investigador. Y es que ese joven andaba en un auto Toyota Corolla que pertenece a la pareja del delincuente que, actualmente, purga condena en el Penal de Chimbas. Aunque aún no lo pudieron probar, sospechan que Vignoli fue parte de la maniobra y que Castro era el cómplice.

Todo se hizo mediante llamados telefónicos que atendió el padre Roberto Casasola, de la parroquia de Chimbas, según la Policía. El hombre que lo llamó se presentaba como empleado o directivo de la empresa Giuliani y le dijo que la firma tenía 16 computadoras, miles de ladrillones, pintura y otros materiales para donar a la parroquia. Fueron un par de comunicaciones con algunos días de diferencia, explicaron, y despertaron sospechas en el sacerdote porque el sujeto le dijo que necesitaba que pagara 3.000 pesos para el traslado de las cosas.

Según la Policía, el sacerdote luego fue a la empresa y habló con uno de los responsables para saber si era cierto lo de la donación, pero se dio con que ahí no tenían nada y que alguien lo quería estafar. El embaucador no sabía de esto, así que volvió a llamar al padre y le dijo que mandaría a una persona a la parroquia para buscar el dinero. El padre le siguió el juego, así que cuando apareció el supuesto enviado lo hizo meter preso. Como es una estafa en grado de tentativa, Castro fue indagado (se abstuvo) y puesto en libertad.