Fue Carina la primera en toparse con ese niño que había sorteado los yuyos de la entrada de su casa a la carrera a pedir ayuda para su madre. La joven se sorprendió porque el niño tenía sangre en la nariz, las marcas nítidas de una soga alrededor de su cuello y hablaba de que su mamá se había colgado. Carina pensó enseguida que a la mujer le había dado la corriente y en medio de sus dudas avanzó con el pequeño de la mano, cruzó la calle y llegó hasta la tranquera de la finca vecina. Cuando vio a la mujer colgada en un patio se estremeció y en el acto hizo parar a un vendedor ambulante que pasaba para constatar lo que ya sospechaba y llamó a la policía. Con el panorama ya más claro, la joven preguntó al niño, de apenas 5 años, qué había pasado y entonces el nene redondeó una historia aún más terrible: vio lo que hizo su mamá, se acercó a tocarla y la habló sin que le respondiera, luego de haber escapado a la muerte, porque su mamá también pretendió matarlo a él con otro trozo de soga que había llevado hasta el lugar que eligió para su fin ayer en la tarde: la finca de su tío en Garibaldi y ruta 155, en Médano de Oro, Rawson.
La joven muerta se llamaba Yanina Gómez, tenía 26 años y problemas depresivos que habían obligado a internarla un tiempo atrás, dijeron fuentes de la subcomisaría de Médano de Oro a cargo del comisario Julio Vázquez. Vivía con su hijo y su pareja en el barrio Buenaventura Luna (o Vidart y 5), en Rawson.