El breve informe policial del jueves pasado señalaba que el incendio había sido accidental, que no se registraron grandes daños y que afectó apenas un sector del lavadero del Hogar de Niños Santa Lucía que alberga a 12 pequeños. Lo que no dijeron es que en momentos en que todavía estaban los bomberos se desató otro siniestro en una habitación de los chicos, que luego se confirmó que éste y el otro hecho eran intencionales y, lo más sorprendente, que descubrieron que quien habría prendido fuego es una empleada de esa misma institución y es pareja de un oficial de Policía. De hecho, la mujer actualmente está presa y la prueba que la compromete es la grabación de una cámara de seguridad en la que se observa cuando supuestamente quema una cortina y unos colchones en la habitación donde se produjo uno de los siniestros.

Lo que parecía un incendio sin relevancia ahora se investiga como un atentado y las sospechas apuntan contra Flavia Olmedo (36), quien desde marzo último trabajaba de contratada en ese hogar de niños ubicado en calle Mendoza, Chimbas, dependiente de la Dirección de la Niñez, Adolescencia y Familia, indicaron fuentes del caso. El juez Maximiliano Blejman ordenó su detención la misma noche del día 6, horas después de los siniestros.

El primer incendio se produjo minutos después de las 13 en el lavadero, en la parte trasera del edificio. Aquella vez, sacaron a los 12 niños de entre 1 y 4 años, mientras los bomberos voluntarios de Chimbas y de la Policía apagaban las llamas. Lo extraño es que cerca de las 14, cuando los bomberos aún permanecían en el fondo, comenzó a arder parte de una habitación. Por suerte, el fuego fue apagado en minutos.

Algo no cerraba: dos incendios en lugares distintos y no detectaban fallas eléctricas. Más tarde los policías de la Seccional 17ma, al mando del comisario Raúl Córdoba, notaron que el edificio contaba con cámaras de seguridad y pidieron las grabaciones. Una de las filmaciones sorprendió a los investigadores ya que en esa secuencia se ve que, a las 13.43, Olmedo entra con un niño en brazos a la habitación, deja al pequeño en una cama, prende fuego una cortina y unos colchones y luego se retira con el chico, según fuentes del caso. No saben cuál es el trasfondo, pero creen que su intención era sólo provocar daño al edificio por algún problema personal.