La pregunta que rondó desde el primer momento en que se supo que un hombre había baleado a su expareja (le dio dos disparos) y a su hijos de 4 y 9 años (este último quedó muy grave con la bala en su cabeza) antes de darse un tiro en una sien que no puso en peligro su vida, sigue intacta: el gravísimo ataque, que de milagro, y por ahora, no cobró ninguna vida, ¿pudo evitarse? En total, el agresor disparó 7 veces, dijeron fuentes judiciales.

El mismo día del hecho, ocurrido el jueves alrededor de la 1 en un departamento interno que alquilaba la joven madre de 31 años en el barrio Hugo Montaño, Rawson, trascendió que ella había solicitado una "medida de protección" (no hay denuncias por violencia doméstica, dijeron) en la seccional 25ta de Rawson el 10 de octubre pasado. Y que por razones que hasta ayer no trascendieron, recién el mismo jueves, luego del ataque, el juez del Tercer Juzgado de Familia, Esteban de la Torre, le prohibió al atacante, José Luis Miranda (32), acercarse a su expareja.

Para muchos, a simple vista, parece una decisión rayana en lo absurdo. Pero ayer trascendió que el magistrado recién tuvo en sus manos el caso para resolver el día previo al loco ataque, es decir el miércoles, indicaron.

Qué pasos o trámites se cumplieron (o no) desde que la víctima pidió protección y por qué hubo una demora de casi un mes y medio en darle una respuesta, es algo que hasta ayer seguía en la incertidumbre, como también si cabe o no señalar a algún responsable por la morosidad.

José Luis Miranda quedará imputado la próxima semana.

 

Ayer, el fiscal coordinador, Roberto Ginsberg, y el fiscal Eduardo Martínez (UFI CAVIG), le pidieron a la jueza del caso, Celia Maldonado, una prórroga de 72 horas en la detención para poder llevarlo a Tribunales e imputarle el grave delito que perpetró: triple tentativa de homicidio agravado. Es que los médicos no le dieron el alta a Miranda, explicaron. Y por eso la jueza, sin oposición del defensor oficial César Oro, extendió el plazo hasta el próximo 29 de noviembre al mediodía.

Miranda y la madre de sus hijos llevaban al menos 4 meses separados. Y la versión de la mujer a los pesquisas es que siempre la hostigaba, diciéndole que no metiera a ningún hombre en la casa. El día miércoles por la noche, acordaron tener una charla por la cuota alimentaria porque Miranda debía partir a Jáchal por un supuesto trabajo. En eso, tomó alcohol y al parecer también se drogó (hallaron cocaína en su billetera), hasta que en un momento estalló: volvió a ponerse celoso y controlador, le exigió a su ex que le escribiera todos los nombres de los hombres con los que tuvo relación, le dijo que no metiera a cualquiera en su casa y le dijo que esa noche nadie saldría vivo. En medio de la loca confusión, Miranda buscó cumplir su amenaza: le descerrajó dos disparos a su ex en la cabeza (no perforaron su cráneo), atacó a sus dos hijos y luego se efectuó un disparo, pero se salvó.

En su relato, la mujer dijo que hasta había sido víctima de abusos sexuales, pero que luego denunciaría. Ayer, el mayor de sus hijos seguía muy grave.