Ángela Carmela Fuentes, una ex docente jubilada, hablaba ayer a las 19.32 por teléfono con su hermana cuando tocaron el timbre de su casa de calle Laprida al 1.861, en el barrio Las Moreras, Santa Lucía. La mujer cortó y fue presurosa a atender. Pero no abrió y preguntó quién era. "La policía señora, venimos a traerle unos papeles y a revisar algunas cosas", le respondió un sujeto del otro lado. La desconfianza de la ex docente creció y siguió con la puerta cerrada. En esos segundos, dos desconocidos abrieron a patadas la puerta y cuando uno tuvo a tiro a la mujer, se abalanzó sobre ella. Fuentes gritó desesperada por ayuda: "¡Federico nos asaltan!, le grité a mi nieto", comentó la víctima. Entonces Federico Falanti (30) salió de la cocina con un cuchillo en la mano con el que cortaba pan y enfiló hacia los ladrones dispuesto a todo. Tan dispuesto estaba, que no dudó en arrojarle el cuchillo a uno de ellos. El delincuente lo esquivó pero no pudo hacer lo mismo con el muchacho que se le vino encima. Una carpeta -aparentemente- con fotocopias de legajos que traía ese malviviente, cayeron al suelo tras la embestida.
Víctima y ladrón se trenzaron en lucha en el piso. En tanto la mujer corrió a la cocina y el cómplice, la persiguió y le metió dos trompadas: uno de los golpes le quebró la nariz, el otro impactó en su cabeza, contó Ángela Fuentes.
Falanti contó a este diario que la pelea duró poco más de un minuto y en el medio, el delincuente le apuntó con un arma y le disparó a quemarropa en la cara. "Vi el fogonazo y sentí que me pegó en la cara. Me levanté y al ver que me apuntaban de nuevo, me quedé quieto porque sabía que me podía pasar algo peor", aseguró el joven. En la policía especularon que usaron un arma de fuego, de bajo calibre y que por eso el joven no corrió una suerte peor, explicaron.
Finalmente, los ladrones optaron por escapar de la vivienda sin poder robar nada y, al parecer, corrieron una cuadra y media (según algunos testigos) hasta donde los esperaba un auto, precisó Fuentes.
Más tarde, la abuela y su nieto fueron trasladados al Hospital Rawson. Allí asistieron a Fuentes de la quebradura de tabique y a Falanti, de la herida que le causó en la nariz el disparo. Una herida que no revistió mayores consecuencias. Con decir que anoche, el muchacho ya había regresado a su casa con su abuela.
"Estoy seguro que vinieron por el sueldo de mi abuela (cobrado el viernes) y que el dato salió del banco. No sé si actuaría de nuevo de la misma manera. Lo único que hice fue defender a mi abuela, nada más", contó el muchacho baleado.

