Cuando la algarabía y los festejos empezaban en el estadio de Sportivo Desamparados por el ansiado ascenso, a metros de allí a una familia le saquearon la casa. Unos ladrones aprovecharon el bullicio de los hinchas para meterse por la fuerza a la vivienda, anular la alarma y llevarse 9.000 pesos, joyas, una notebook y otros artefactos. Por el único que se conmovieron los ladrones fue por el gato, al que le dieron de comer milanesas.
Como muchos vecinos puyutanos, Gustavo Sevilla con su mujer y su nene también estaban pendientes de lo que pasaba en el encuentro de San Miguel de Tucumán. La familia había salido rumbo Caucete a las 18.30, pero finalizado el primer tiempo del partido ya estaban de regreso en su casa en la calle Echegaray al 2.045 del barrio Fermín Rodríguez, a sólo una cuadra del estadio puyutano.
"Se escuchaban los gritos y los cánticos de la gente", explicó Cristina Roel. Gustavo Sevilla; su esposo, contó que bajó de su coche e intentó abrir la puerta principal. Ahí, empezó a notar que algo andaba mal. Eran aproximadamente 22.15. La puerta estaba trabada por dentro con el pasador, por lo que de inmediato supusieron que habían entrado ladrones.
Sevilla llamó al 911 de la Policía y, cuando llegó una patrulla, entró por una puerta lateral en compañía de los uniformados. Al ingresar, confirmó lo que sospechaban. La puerta del fondo -que se comunica con un salón- estaba abierta y con su cerradura forzada. También habían destruido las rejas de la ventana de la cocina y desconectaron los sensores de la alarma. Al parecer, los ladrones acababan de escapar en esos momentos. Y es que dejaron tirado un microcomponente y el reproductor de DVD estaba fuera de su lugar.
Los delincuentes revolvieron todo el interior. Hasta destrozaron la puerta de un dormitorio. Gustavo Sevilla contó que lo más importante que robaron fueron esos 9.000 pesos que habían obtenido de préstamo la semana pasada para hacer unas refacciones en un sector de la casa. El dinero estaba guardado en un mueble de su dormitorio. También le sustrajeron una notebook HP, una cámara de fotos digital, joyas como anillos y cadenas de oro, una radio y reproductor de música, y de paso la mochila de la escuela del hijo de los Sevilla. El único que tuvo suerte en la casa fue el gato, pues que los desconocidos sacaron las milanesas de la heladera y se las dieron para que las comiera.

