Ni el más mínimo rastro de violencia. Ninguna cerradura forzada. Todo en orden y en su lugar, como si nada hubiera pasado. Así de prolijo, como misterioso, fue el insólito hurto de un ecógrafo valuado en 20.000 dólares del interior del Centro de Adiestramiento Dr. René Favaloro, en Rawson. Su director todavía se sigue preguntando cómo fue que se lo llevaron. En la Policía están convencidos que fue obra de alguien de ese mismo microhospital. La historia se repite, como cuando se esfumó un ecógrafo similar del Hospital Marcial Quiroga y otro del Hospital César Aguilar de Caucete.

El daño es doble. Además de lo que cuesta ese equipo de alta complejidad, está el perjuicio que ocasiona ahora al centro de salud más importante de Rawson. "Era el único equipo de este tipo que teníamos, y significa una pérdida importantísima. Hay otro ecógrafo, pero es un viejo armatoste que funciona cuando quiere…", explicó el médico Carlos Stolzing, director del Centro de Adiestramiento. Ahí se atienden 500 consultas diarias, afirmó. Todo un problema para sus médicos, que no les queda otra que derivar a los enfermos cardíacos a otros hospitales para que se hagan los estudios.

Es que el equipo era para esos pacientes. El aparato sustraído es un Ecocardiógrafo Doppler portátil, marca ESAOTE, especificó Stolzing. Él dijo no saber cuánto puede valer, pero estimó que podría rondar los 20.000 pesos. En realidad, se quedó corto. Rafael Báez, representante comercial de los equipos ESAOTE en la zona Cuyo, confirmó que ese ecógrafo cuesta en el mercado alrededor de 20.000 dólares. Es un artefacto mediano, que bien puede caber en un bolso y pesa algo de 10 kilos.

El director explicó que el hecho fue descubierto el lunes último. El aparato estaba en el estante de un mueble -debajo de otro ecógrafo más grande- en la sala de Cardiología, al lado del Servicio de Urgencia. Ese sector tiene dos puertas que siempre permanecen cerradas con llave cuando no está el personal, afirmó Stolzing. No notaron daños en las cerraduras ni cosas revueltas. "Me llama la atención que no estén violentadas las puertas ni que revisaran otras cosas. Fue algo muy específico, sólo se llevaron el ecógrafo", relató.

El Centro de Adiestramiento cuenta con un policía que hace adicional, pero no es todo los días, indicaron. Ahora, piden guardia policial permanente.

Según fuentes policiales, por medio de la investigación determinaron que hay tres personas que tienen llave para abrir Cardiología. Otro dato que surgió es que algunas de esas personas habría reconocido que uno de estos últimos días se olvidó de cerrar con llave la sala, afirmó un jefe policial. Todo es extraño y curioso. Lo concreto es que las miradas apuntan al propio personal de ese centro asistencial. No hay otra para la policía, sólo ellos saben el movimiento diario, lo que había ahí adentro y qué utilidad tiene ese aparato y a quién le puede interesar.