Por enésima vez un robo. Y de nuevo el mismo blanco, el mismo establecimiento educativo: la escuela Mariano Necochea, en Santa Lucía. O mejor dicho, los cuatro colegios en total (Santiago Paredes, Thomas Edison y otra nocturna de Capacitación Laboral) que funcionan en el predio situado en el corazón del barrio San Lorenzo. Porque el atraco que descubrieron ayer en la mañana las autoridades del turno mañana, afecta las instalaciones de todos los alumnos que concurren a esos colegios: ladrones sustrajeron tres pantallas de gas que estaban empotradas en las aulas. Los delincuentes cortaron los caños de gas y arrancaron los aparatos de cuajo, aseguró ayer Amalia Suizer, la directora de la escuela Necochea. Pero lo llamativo del robo es que en esta ocasión, ninguna de las rejas que protegen esos salones fueron violentadas, lo que para la policía apuntaba que el ataque habría sido perpetrado por los propios alumnos, informaron fuentes policiales.
Según Suizer, un portero descubrió el robo de dos pantallas de gas de las aulas donde concurren los chicos de sexto grado de la escuela Necochea. La semana pasada, ya habían sustraído otra, pero del salón donde concurren alumnos de tercer grado, afirmó la docente. Luego de haber sufrido varios ataques vandálicos, las autoridades enrejaron puertas y ventanas para evitar robos. El último ocurrió el 3 de noviembre pasado. Allí desconocidos entraron a dos aulas y destrozaron armarios, desparramaron útiles escolares, mapas de la escuela Santiago Paredes y huyeron sin llevarse nada de valor, comentó aquella vez la directora de ese colegio.
Pero ayer, se toparon con algo sospechoso. Ninguna de las rejas o puertas de los salones atacados, estaba forzada, afirmaron las fuentes.
"Siempre que llega mayo, ocurren estos hechos. Estamos cansados… ahora tenemos solamente 6 aulas (de 15), con calefacción, es terrible. No descartamos nada sobre quién pudo hacer esto, sólo pedimos mayor seguridad acá, porque ya son muchos robos", explicó Suizer.
En la policía dijeron que no había denuncia y por lo tanto, no podían investigar. Pero al ser un delito de acción pública, los uniformados están obligados a intervenir de oficio.