La actitud de los tres ocupantes del auto y el bulto escondido en la zona de los asientos traseros, resultaron una evidencia difícil de disimular. Y la sospecha se confirmó cuando los policías intentaron frenar la marcha de ese Renault 12 para averiguar qué cargaban, y entonces el conductor del vehículo aceleró para intentar escapar apenas cruzó la ruta 40, por Rodríguez rumbo al Oeste, en Chimbas. Eran alrededor de las 6 de ayer cuando el intento de fuga duró sólo unos 100 metros, porque enseguida los policías de la comisaría 17ma. al mando del oficial principal Atilio Soria, les cayeron encima y descubrieron por qué la premura por huir: en el auto llevaban dos caballos faenados, un hacha, un cuchillo, una chaira, guantes y dos ganchos usualmente usados durante la faena, informó ayer el jefe de esa sede policial, el comisario inspector Daniel Puebla.
Según Puebla, esa secuencia de hechos derivó en la detención de tres sujetos: un padre y su hijo de apellido Vargas que viven en la Villa Ramos, y un amigo cómplice de apellido Rodríguez con domicilio en la Villa Obrera.
A todos les imputan la sustracción de los animales pero ayer se intentaba determinar de dónde los habían robado. En principio se pensó que podrían ser parte de los cinco equinos robados en Angaco el día previo, pero ayer en la tarde los dueños de algunos de esos animales llegaron a la seccional y comprobaron que no eran los suyos.
De todos modos en la comisaría están convencidos de que los animales fueron sustraídos en la zona Este, y por eso pidieron colaboración a las comisarías de Albardón, San Martín, 9 de Julio, Caucete y 25 de Mayo con intención de cerrar el círculo. Creen que los sospechosos actuaban desde hace tiempo con el mismo modus operandi.

