Delincuentes se apropiaron de los contactos de una profesora de Educación Física sanjuanina y se hicieron pasar por ella para cometer estafas con la falsa venta de dólares. Hasta anoche ya tres víctimas habían caído en la trampa que llenó los bolsillos de los estafadores con más de un millón de pesos.

Patricia Montilla (48) se llama esa docente que ayer estaba tan angustiada como desesperada, tratando de avisar a todos sus conocidos que su nombre estaba siendo usado para estafar.

El caso es investigado por Defraudaciones y Estafas. La mujer aparentemente sufrió el hackeo de alguna de sus cuentas virtuales. Los delincuentes accedieron a su lista de contactos y enviaron mensajes por Whatsapp a esas personas. "Agenda mi nuevo número, soy Patricia Montilla", fue el mensaje que mandaron, desde un número con código de área de Buenos Aires y con una foto de perfil de ella, para hacer creíble la mentira.

"Con algunos entablaron conversaciones amenas. Para entrar en confianza por ejemplo preguntaban cómo estaba la familia, hasta que ofrecían los dólares", explicó Montilla. Los estafadores inventaron que la mujer tenía deudas y que necesitaba pesos de forma urgente, por lo que vendía dólares a $205, un precio irrisorio comparado al de la calle. "A algunos les dijeron que comprando muchos les hacían mejor precio", señaló. Desde el martes pasado (cuando comenzaron a operar) hasta ayer, tres personas cayeron y enviaron dinero a diferentes cuentas de Mercado Pago, inventando excusas ante la sospecha por los nombres de desconocidos que aparecían al momento de cerrar la transferencia. Una señora de Mendoza perdió $860.000, una chica de Media Agua $120.000 y un amigo de Montilla $50.000. Los estafadores pactaron con ellos la entrega de dólares, que nunca se realizó. La pelota se hizo grande porque los contactos de Montilla a su vez comentaban a sus allegados sobre la venta de dólares, y de esa manera por ejemplo cayó la mujer mendocina, que es conocida de un contacto suyo.

"La gente confía en mí porque nunca he andado en nada raro. Me da mucha impotencia que usen mi nombre y mi imagen para hacer algo así. Han mandado mensajes a todos, y el que cae, cae. Ya he salvado a cinco personas que estuvieron a punto de enviar la plata. Yo lo que quiero es que la gente abra los ojos, que no se confíe", concluyó la docente.