"Sinceramente, fue un descuido mío", reconoce el contador. Ese olvido le costó nada más y nada menos que 45.000 pesos. Sucedió que dejó esa plata dentro de su camioneta, en la playa de un centro comercial de Capital. Y cuando se fue tomar un trago a un bar, alguien abrió su vehículo y se llevó un maletín con esa cantidad de dinero efectivo y dos cheques por otros 20.000 pesos, que había recibido como parte de la venta de un automóvil.
El hecho se conoció ayer, pero sucedió el domingo a la madrugada en el estacionamiento del Alto Del Bono Shopping, en inmediaciones de Ignacio de la Roza y lateral de Circunvalación, de acuerdo a la denuncia. El que cometió el descuido, y perdió la plata, fue un contador de apellido Rojo (pidió no dar todos sus datos personales) que realiza trabajos para una empresa minera y alquila vehículos, dijeron fuentes policiales.
La plata la llevaba consigo porque supuestamente había estado trabajando todo el sábado. Según contó él mismo a este diario, ese día en horas de la mañana cerró el trato por la venta de un Volkswagen Bora y le pagaron. En su maletín guardó los 45.000 pesos y dos cheques por 10.000 pesos cada uno, en tanto que otra parte del dinero lo ocupó para pagar unas deudas y sus gastos. "Si hubiera sido viernes, podría haber depositado ese dinero en el banco. Pero como era sábado, no tenía dónde hacer el depósito", explicó.
La cuestión es que anduvo con su maletín hasta la noche, de un lado a otro en su camioneta Ford. Llegada la madrugada del domingo, acordó reunirse con sus amigos en un bar de avenida Ignacio de la Roza, frente al Alto Del Bono.
Fue hacia allí, pero para más seguridad decidió dejar estacionado su vehículo dentro de la playa del centro comercial y no en la calle. Antes de bajarse, metió el maletín detrás del asiento. "Sinceramente, fue un descuido mío. Tenía la tranquilidad que no iba a pasar nada, y me confié. Creo estuve una hora y media en el bar, y cuando volví vi el respaldar del asiento hacia adelante", dijo el profesional. Habían forzado una cerradura de la puerta y aparentemente fueron directo a revisar detrás del asiento, señaló. Cualquier ladrón se hubiera llevado su costosa navaja, el auto control remoto de su hijo o otras cosas que tenía a la vista dentro del rodado, pero curiosamente no tocaron nada y solamente se llevaron el maletín con los fajos de billetes y los dos choques.

