Los responsables de una empresa constructora denunciaron ayer que alguien se metió por una ventana de un primer piso de sus oficinas y fue directo al placard que escondía una caja fuerte, dentro de la cual había otra caja más pequeña que se robaron: allí había unos 20.000 pesos, dijeron fuentes policiales. El golpe era confuso para los investigadores, que ayer parecían no explicarse cómo pudieron entrar hacia el primer piso sin dejar rastros y por qué razón dejaron más de 1.000 pesos que estaban a la vista en el cajón de un escritorio que, al parecer, también revisaron, precisaron las fuentes.
Según voceros del caso, el hecho fue descubierto por uno de los principales responsables de la firma, identificado como Ariel Azúa, alrededor de las 11. Fue cuando llegó a las oficinas de la firma en Belgrano 249 Este (frente a la escuela Boero), en Trinidad, Capital.
El caso fue conocido enseguida por policías de la seccional 3ra. a cargo del comisario inspector Aníbal Zárate, y de entrada empezó a tener varios cabos sueltos, dijeron en la policía.
Lo primero que sorprendía era una supuesta ausencia de rastros que indicaran cómo llegaron hasta la ventana del primer piso, pues no se notaba cómo treparon ya que por el único lugar con mayor facilidad para subir, la casa de un vecino, no había evidencia de la presencia de ladrones: ese vecino les dijo a los pesquisas que no escuchó ningún ruido en su techo de chapas. Tampoco les cerraba el hecho de que supuestamente revisaran los cajones de un escritorio en el que había entre 1.000 y 2.000 pesos más que no se llevaron, siendo que esa plata estaba a la vista.
Lo que sí está claro para los pesquisas es que él o los ladrones sabían dónde estaba el dinero, porque luego de forzar una ventana de doble hoja que da a un pequeño balcón, fueron directo al placard donde estaba una caja de seguridad con sus llaves en un lugar visible. Y una vez que la abrieron directamente sustrajeron la caja de menor tamaño donde estaba el dinero, informaron en la policía.
El robo denunciado es el segundo ataque que sufre la firma en las últimas dos semanas. En el penúltimo golpe, los ladrones arrancaron una reja de la planta baja y revisaron los cajones de los cuales una empleada sacaba el dinero para el pago de los trabajadores, dijeron fuentes policiales.

