El dato era que el sujeto había tomado un remís en su casa de Pocito con los equipos, para ir a venderlos al barrio Lebensohn, en Chimbas. Y tan preciso resultó, que los policías de la comisaría 17ma., sólo debieron apostarse en el lugar y esperar a que llegara el delincuente. Y así ocurrió: a las 9,30 el sujeto bajó de un remís con un equipo de sonido, dos televisores y un decodificador, alcanzó a mirar nerviosamente a su alrededor y, al ver a los policías, emprendió un escape a toda carrera, a pesar de los disparos intimidatorios para detenerse. Como estaba rodeado, apuntó a una casa, abrió un portón y una puerta a patadas, corrió por un pasillo, saltó una medianera y, al toparse con una enorme pared, pegó la vuelta. Pero entonces su suerte estaba echada: los policías no le dieron escape. Así quedó resuelto el robo a la escuela Pedro Alvarez de Pocito, ocurrido el martes en la madrugada, porque las cosas que secuestraron los pesquisas al mando del comisario Daniel Puebla y el oficial principal Diego Rocha, eran parte del botín sustraído en ese colegio. El operativo generó otra sorpresa: El sospechoso, identificado como Diego Angel Torres (20), resultó ser vecino y ex alumno de esa escuela situada en calle 13 entre Alfonso XIII y Ruta 40, aseguraron ayer docentes del establecimiento.
La escuela Pedro Alvarez cuenta con un sereno por las noches, pero ni eso evitó que los delincuentes entraran a robar. Según la versión que dio ese sereno, Juan Buenanueva, a las autoridades escolares y a la policía, a la 1 del martes al menos cinco sujetos (primero habló de 7, según la policía) llegaron al colegio mientras él estaba ubicado en un cuarto en construcción, que tiene una puerta precaria de madera y las ventanas cubiertas con nailon. Según las fuentes, Buenanueva contó que a través de un hueco en el nailon vio como los delincuentes revolvían todo a escasos metros de dónde él estaba, sin poder hacer nada porque no tenía celular y tampoco podía huir sin ser visto por los ladrones.
Lo llamativo de esa versión es que el sereno recién pudo avisar cuando los delincuentes se fueron, a las 7 del martes, es decir seis horas después de haber ingresado.
Tras la detención de Torres, los policías de la comisaría 17ma. siguen la investigación en busca de sus cómplices.