San Juan, 16 de octubre.- Gustavo Fabián Castillo Rodríguez, de 42 años, había llegado a Neuquén hacía unos tres meses para asentarse transitoriamente en Parque Industrial. Su actividad, venta callejera de tortas fritas, era una fachada perfecta para ocultar a uno de los prófugos más buscados por la Policía de cinco provincias: San Juan, Mendoza, Río Negro, San Luis y Neuquén.
Castillo Rodríguez había sido capturado en 2005, luego de pegarle entre 8 y 9 balazos a un policía rionegrino cuando intentó identificarlo mientras iba con otro hombre en un Dodge 1500.
La Justicia rionegrina le dictó la prisión preventiva por homicidio en grado de tentativa y antes de ser condenado, mientras aguardaba un segundo juicio (el primero se consideró nulo), se fugó de un hospital.
Desde que llegó a Neuquén era observado de cerca por el grupo de Recaptura de la División de Delitos. Se había tomado conocimiento de su presencia por un cruce de datos que hicieron los investigadores.
Su estadía en Parque Industrial era extraña. Entre los investigadores prima la sospecha de que Castillo Rodríguez estuviera haciendo “inteligencia” en empresas de la zona.
El grupo de Recaptura lo siguió desde su llegada y aprovechó el descuido, cuando el prófugo bajó la guardia, para poder atraparlo.
“Suerte que no tenía un fierro”, confesó uno de sus captores, que a las 10.30 del martes logró neutralizarlo. Castillo Rodríguez, tras dar una identidad falsa a un policía, intentó huir al verse rodeado. Forcejeó y luchó, pero no pudo lograr su cometido.
Fue ingresado a la Unidad de Detención 11, donde su hermano Alonso, conocido como “Chicato”, purga una pena por robo con armas luego de ser recapturado en 2012 por el mismo grupo de Recaptura de la Policía.
Trascendió que en Neuquén el detenido registra dos hechos por estafas. Pero su prontuario incluye casos como secuestros, intentos de homicidio, robos con armas, resistencia a la autoridad, portación ilegal de arma de guerra, venta de estupefacientes, asalto a mano armada a un banco de San Juan y acopio de mercadería robada.
En su ajetreada carrera delictiva, a Castillo Rodríguez se le suma el haber dejado en silla de ruedas a un adolescente en otro hecho con armas de fuego.
El preso que estuvo 8 años en libertad
En 2004, Castillo Rodríguez, junto a otros 5 reclusos, se fugó por un túnel del pabellón 7 de la cárcel de San Rafael de Mendoza, donde purgaba una condena por tráfico de drogas.
El 12 de octubre de 2005, luego de ser atrapado, intentó saltar de un camión blindado que lo trasladaba. Los custodios lograron impedir que se lanzara del vehículo en movimiento.
Pocos meses más tarde, la madrugada del viernes 3 de febrero de 2006, logró su cometido y se escapó. Había sido trasladado al Hospital Pedro Moguillansky de Cipolletti por heridas sufridas dentro del pabellón en el que estaba alojado. A las 3 de la mañana logró deshacerse de las esposas que lo ataban a la cama y aprovechó que su custodio había ido al baño para huir.
Durante 8 años estuvo libre y sus actividades delictivas, jamás abandonadas, permitieron a la Policía neuquina dar con el peligroso hombre que tiene causas abiertas en cinco provincias.