El robo de U$S25.000 dólares (unos $205.000 al cambio oficial de ayer), $10.000, dos anillos, tres celulares y una cámara de fotos que sufrió el exfutbolista y actual técnico Alejandro Javier Schiapparelli el 24 de junio de 2012, en un departamento del segundo piso de avenida Rioja 116 Sur, Capital, quedó a un paso de la impunidad. Es porque el único sospechoso sindicado por la sustracción de esos valores, ocurrida entre las 11 y las 18 de aquel domingo cuando salió a visitar a un familiar, fue desligado con un sobreseimiento, es decir con una desvinculación total de ese caso, dijeron fuentes judiciales.
Ese sujeto es Raúl Alejandro Maldonado (44). Y había sido sindicado por el propio Schiapparelli no como autor del hecho, pero sí como una persona (era novio de una amiga de su esposa) que conocía de sus movimientos y de la plata que tenía en su casa.
Esa revelación pareció creíble cuando a Maldonado le secuestraron $3.500 en su agencia de autos y en la casa de su padre otros $111.000. Sin embargo, la sospecha se cayó porque Maldonado probó que días antes del robo había vendido una casa en $480.000 y que el dinero que le secuestraron era parte de la mitad que le había entregado la compradora.
Además, hacía tiempo que no frecuentaba a los Schiapparelli y no hubo testigos ni ninguna otra evidencia que lo vinculara con ese robo, en el que el o los ladrones tuvieron que sortear la puerta de ingreso al edificio y luego la del departamento.
Ahora, Maldonado analiza con demandar al exfutbolista.