Confirmada en parte la sospecha de que los tres sujetos detenidos el jueves con $64.209 venían de vender un trozo de oro sustraído de la mina Gualcamayo, la investigación se centró ahora en Jáchal con varios allanamientos que derivaron en la detención de un operario de ese emprendimiento. La sospecha es que se trata de un caso de hurto y que en la maniobra participaron algunos obreros del sector de los hornos y guardias de seguridad, revelaron fuentes judiciales.
La olla se destapó a partir de las detenciones de esos tres sujetos, de apellidos Cataldo, Farías y Aróstica, que fueron interceptados en la entrada a Albardón a bordo de un remis cuando se iban con destino a Jáchal, según datos policiales. Otro remisero, que los llevó a Mendoza y los trajo a capital esa noche, había dado el alerta a la policía sobre sus extraños comportamientos y la sospecha de que podían ser narcos o asaltantes. Así fue que los pararon en Albardón para requisarlos y descubrieron que llevaban 64.209 pesos en efectivo.
Cercados por la policía, alguno de ellos se quebró y acabó por contar de dónde venía esa plata. Fuentes de la investigación revelaron que en esa breve confesión reconocieron que habían ido a Mendoza junto a otro hombre -hasta anoche prófugo- a vender un trozo de oro y que ese metal provenía de un supuesto hurto del interior de la mina Gualcamayo, en Jáchal. Cataldo es custodio de Prosegur y vigilaba el sector de los hornos de esa mina, mientras que Aróstica sería su primo y Farías su cuñado, dijeron en la policía.
Conocido esto, el juez correccional Eduardo Gil -que actuó en primera instancia- se inhibió y por cuestión de jurisdicción pasó la causa al juez penal de Jáchal, Carlos Mateos. Es más, una comisión policial de Robos y Hurtos de la brigada, a cargo del comisario Carlos Vallejo, viajó al Norte de la provincia para encarar la investigación.
Ayer, se conoció que un directivo de Gualcamayo radicó la denuncia por el supuesto delito de hurto. Y sobre esa línea trabaja el juez Mateos que, a partir de los datos surgidos de los primeros detenidos, ordenó a los policías de Robos y Hurtos una serie de allanamientos en la ciudad norteña y también la captura de un empleado de Minas Argentinas, la compañía que explota Gualcamayo. Esto último se concretó ayer pasado el mediodía en Jáchal y el detenido, de apellido Castro, se desempeña en el laboratorio de la mina, revelaron fuentes policiales. Sospechan que él junto a Cataldo serían los que sustrajeron el oro.
También hicieron procedimientos en los domicilios de los otros sospechosos en busca de más restos de oro, pero todo fue negativo. Queda por dilucidar quién es la otra persona hizo el contacto en Mendoza y llevó a Cataldo y sus parientes a vender el oro; a su vez no descartan que dentro de la mina haya más empleados involucrados.

