La hipótesis está instalada: fue intencional el fuego en el Renault 19 del matrimonio Guzmán-Mazarico y lo inició al menos un delincuente luego de forzar la cerradura del baúl para robar la rueda de auxilio. La consecuencia de ese estrago fue terrible, porque el fuego penetró en la vivienda y provocó la muerte de Gumercindo Silvestre Guzmán (70) y Silvia Teresa Mazarico (62), una pareja que murió ante la impotencia de uno de sus hijos, Marcelo, que intentó salvarlos del humo tóxico y las llamas. Todo pasó el sábado en la mañana y ayer trascendió que uno de los dos sospechosos buscados por la doble tragedia se entregó en la Policía luego de que hicieran un allanamiento en su casa, dijeron fuentes de la investigación.
El sospechoso en cuestión es de apellido Vargas, tiene 35 años y está preso porque un testigo lo señala como una de las personas que vio en el momento de producirse el siniestro, precisaron las fuentes.
De todos modos los pesquisas chequearán la información a fondo para saber si realmente tiene alguna vinculación con el hecho. El cotejo de datos se impone porque, al parecer, la persona que atestiguó en contra de Vargas es alguien con la que tendría problemas (los investigadores hablan de un conflicto con amenazas incluidas).
Mientras, siguen tras los pasos de otro sospechoso porque la teoría es que fueron al menos dos los delincuentes que minutos antes de las 8 del sábado pasado, llegaron hasta el garaje de la calle Corrientes al 129 Este, en Concepción, Capital, para robar la rueda de auxilio del Renault 19 y luego prenderle fuego.
Los investigadores no descartan ninguna hipótesis sobre los motivos que tuvieron los delincuentes para quemar el auto. Así, incluyen al menos dos posibilidades: que lo hicieran para borrar sus huellas o que robaran para enmascarar un atentado, aunque a esta versión le dan menos crédito porque la familia de las víctimas asegura no tener problemas con otras personas.
La recolección de pruebas es fundamental para dilucidar la maniobra investigada y echar luz sobre la relación o no con el hecho del único detenido. Por eso ayer se hicieron varios allanamientos por orden del juez de Instrucción José Atenágoras Vega (secretaría de Gladys Capdevila) en busca de evidencia y también del otro sospechoso, por ahora no identificado.