El 8 de enero pasado, al menos dos delincuentes ingresaron a la casa de la familia González Aubone, sobre calle Saturnino Sarassa, en Capital, y robaron casi 5 millones de pesos (unos $350.000 y 21.700 dólares), según la cotización del blue de ese momento.

Ahora, pesquisas de la sección Robos y Hurtos apresaron a un sospechoso y secuestraron un auto de alta gama (un Volkswagen Vento) que posiblemente fue adquirido con parte del botín, dijeron fuentes policiales.

El asalto en la vivienda ocurrió en horas de la noche, en la propiedad de Horacio Julio González Aubone (78), miembro de una tradicional familia sanjuanina. El hombre se encontraba con otras personas, entre ellas una nieta de 16 años y una amiga de ella. Los ladrones portaban armas de fuego tipo pistolas y con ellas amenazaron a las víctimas y las maniataron.

Los investigadores pudieron establecer que la nieta de González Aubone y su amiga eran parte del plan delictivo, ya que en los teléfonos de ellas se encontraron comunicaciones telefónicas donde hablaban con los autores del hecho. Ambas quedaron a disposición del Primer Juzgado Penal de la Niñez y Adolescencia.

La casa de la familia González Aubone.

Los pesquisas por otro lado identificaron a los presuntos delincuentes y realizaron allanamientos en seis domicilios de Capital y Pocito, donde lograron la detención de uno de los sospechosos, a quien le secuestraron prendas de vestir que lo vinculaban al hecho. En la Policía informaron hoy que el otro presunto ladrón con el dinero sustraído habría comprado un VW Vento, vehículo que fue secuestrado en la provincia de Neuquén.

Por el caso ya se había entregado Dylan Adán Muñoz (20), quien era o es novio de la nieta que presuntamente facilitó el robo en la vivienda. La hipótesis que manejan en la Fuerza es que ese chico pasó un tiempo oculto en Neuquén, hasta que se sintió acorralado (hubo un allanamiento en su casa) y decidió volver y ponerse a disposición de la Justicia.

Dylan Adán Muñoz

Otro que estuvo unos días detenido pero luego fue excarcelado es Joaquín Fernández, un amigo de Muñoz a quien le atribuyen participación secundaria en el hecho.