‘Un médico de la familia Muro tomó contacto con los restos óseos y aseguró que, por las características que presentan son de antigua data, posiblemente de algún aborigen. De todos modos se pedirán las pericias de rigor para confirmar o descartar esa hipótesis‘. Lo dijo ayer el subcomisario Alejandro Aciar, jefe de la Seccional 22da de Iglesia. Y así dejaba en claro que existen muy pocas posibilidades de que esos huesos que un practicante de kayak encontró el jueves en la tarde en la margen Este del dique Cuesta del Viento, en Iglesia, pertenezcan a Pablo Martín o Alejandro Muro.
Estos jóvenes habían perdido la vida en un accidente náutico el 6 de agosto de 2006. Ese día, participaban de un concurso de pesca con otras tres personas, incluido el padre de Alejandro, Miguel, cuando llegó un fuerte viento Zonda que volcó la embarcación. Aquella vez un windsurfista rescató a uno de los pescadores, Leonardo Semeraro, pero los otros cuatro se perdieron en las frías aguas.
Los cuerpos de Miguel Muro y Marcelo Maffezzini fueron los únicos encontrados, pero no los de Muro hijo y Martín.
Por eso la gran expectativa que surgió cuando trascendió el hallazgo de los huesos (un fémur, vértebras, un homóplato, entre otros) cerca de una embarcación en esa zona del dique, que quedó al descubierto en medio de bancos de arena por el notable descenso de las aguas.
Enseguida se supo que el bote era de un hombre de apellido Castillo que tuvo un accidente años atrás pero se salvó. Y en el acto creció el revuelo por los huesos, porque se pensó en aquel accidente de 2006.
Fue personal de la Dirección de Náutica, a cargo de Miguel Jofré, quien llegó hasta el lugar y trabajó con la Policía.
Pero ayer, alrededor de las 17, los uniformados de la Seccional 22da supieron por boca de un médico ligado a la familia Muro, que por el notable deterioro de las piezas dentales y otras características, esos huesos difícilmente pertenezcan a una persona joven y sí a alguien de muy antigua data, informó la Policía.