Víctima. Luciano Riveros tenía 22 años y era papá de una nena.

Tenía 22 años y de la mano de su papá había empezado a agarrarle la mano a los trabajos de plomería para poder mantener a su familia, porque hace poco menos de un mes se había mudado a Caucete para empezar a vivir con su pareja y la hija de ambos, una nena de 2 años. Eso sí, cada cuatro días estaba de vuelta en su Albardón natal, la tierra en la que vino al mundo y en la que también dejó de existir. El último sábado, Luciano Riveros llegó en su Fiat Uno con un amigo hasta sus pagos en la Villa Villicum, para divertirse con sus amigos, pero en un momento de la madrugada del domingo, al parecer, pidió prestada una moto Zanella 200cc. para salir a dar una vuelta y no volvió más. Su familia se enteró después que estaba en un hospital, muy grave. En la Policía les dirían luego que la hipótesis era que el joven transitaba en esa moto hacia el Sur por la Ruta 40 y que luego de pasar el cementerio departamental, casi al llegar a Calle Rawson, perdió el control y sufrió una violenta caída.

Luciano quedó muy grave por el accidente, al punto de que tres días después, el martes a las 11, perdió la vida en el hospital Rawson.

Ayer, la teoría policial no convencía demasiado a los papás de la víctima y de otros tres hijos más chicos, Isidro Riveros (41) y Silvina Torres (41)

"Pueden haber pasado un montón de cosas, tal vez lo chocaron o lo asaltaron y le pegaron, no sabemos más", dijo Isidro.

El caso es investigado en la seccional 18va.