Casi lo matan. Un hermano de Simón Andrada muestra la parte del cuerpo por donde ingresó la bala. El chico fue atacado por un grupo de sujetos con los que desde siempre tuvo problemas.

Un joven de 19 años, identificado como Simón Andrada, quedó muy grave después de que recibiera un balazo en el abdomen en un confuso episodio ocurrido en Chimbas. Según su familia, fue atacado en un baldío por un grupo de sujetos con los que desde siempre tuvo problemas. El chico anoche continuaba peleando por su vida en el Hospital Rawson, dijeron fuentes policiales.

Todo pasó en la noche del pasado jueves, pero trascendió ayer. Eran cerca de las 22 cuando Andrada circulaba en su bicicleta por el interior de la Villa del Sur. Había salido de su casa, ubicada a pocas cuadras de donde ocurrió el hecho, y se iba a encontrar con una joven. Jamás se imaginó con lo que se iba a encontrar antes de llegar al destino. Según la versión de sus familiares, varios sujetos que estaban bebiendo en un baldío lo interceptaron y lo comenzaron a insultar. "Le salieron de la oscuridad, lo acorralaron y casi lo matan", apuntó un hermano de la víctima. Es que todo se fue poniendo cada vez más violento, al punto que casi termina en tragedia: uno de los sujetos desenfundó un arma de fuego y le disparó a Andrada a la altura del abdomen. La bala le atravesó el intestino delgado, el joven caminó algunos metros y finalmente cayó desplomado al suelo. Fueron unas mujeres que pasaban por el lugar las que llamaron a la Policía cuando vieron el cuerpo tirado.

Los atacantes prendieron fuego la parte del baldío donde quedó sangre del chico.

Si bien hasta ayer la Policía no tenía a ningún sospechoso identificado, el padre de la víctima no descartaba que los autores hayan sido unos jóvenes con los que su hijo ha tenido diversos problemas, algunos de vieja data. Incluso el hombre dijo que, antes de que balearan a Simón, otro hijo más grande pasó por el lugar y tuvo un entredicho con la patota, que no pasó a mayores.

Lo cierto es que Andrada fue trasladado al Servicio de Urgencias del Hospital Rawson, donde hasta anoche se encontraba internado en Terapia Intensiva. El padre del chico dijo que los médicos lo operaron en dos oportunidades y lograron estabilizarlo, pero que su vida aún corre peligro.

Hasta ese día Andrada trabajaba en una feria vendiendo verduras. "Es un chico laburador, esperamos que salga de ésta", dijo el padre.

Efectivos de la seccional 17ma y de la Brigada de Investigaciones Norte trabajaban con los datos aportados por la familia de la víctima y por ocasionales testigos para tratar de dar con los autores del hecho.