La confianza entre Ruth Pérez y su amiga era algo inquebrantable: tras compartir años juntos durante la infancia, volvieron a reencontrarse en 2016. Además, la convirtió en la madrina de su hijo. Sin embargo, todo cambió en una tarde de febrero, cuando Ruth la invitó a comer un asado familiar en su casa de Villa Elvira. Y tras el almuerzo, ella se quedó dormida junto a su pequeño de dos años.

“Mi hijo estaba muy cansado y lo fui a dormir. Le di el pecho y al rato yo también me quedé dormida. Me desperté en una situación que no podía creer”, relató la mujer a C5N.

Cuando abrió los ojos, Ruth se encontró con una aterradora escena que jamás olvidará: su mejor amiga la estaba violando. Inmediatamente, dio un salto y la empujó, protegiendo al niño. “Vamos a ir ya para tu casa, de esto se van a enterar tu mamá y toda tu familia. Esto lo denuncio, no va a quedar acá. O te interna tu mamá en un psiquiátrico o te interno yo“, dijo.

“Hizo a mi hijo partícipe de la situación de abuso. Había tomado alcohol pero estaba consciente. Tenía una cara de perversidad para con el nene, como diciendo ‘mirá lo que estoy haciendo a tu mamá'”, recordó, entre asco y horror.

Una vez en la casa de su amiga, no tuvo una buena recepción: “Fui a hablar con su mamá pero no me creyó y empezó a amenazarme a mí y a mi familia. Si yo contaba algo, ellas me iban a desprestigiar diciendo que yo había tenido una relación con el presidente del Colegio, que le iban a contar a su esposa, que iban a hacer que me echaran del trabajo y un montón de cosas más”, dijo al sitio 0221.com.ar

Sin embargo, las cosas empeoraron: “Después de haber discutido con esta señora. De repente sentí unos ruidos, como si fueran tres piedrazos. Miré por la ventana y vi una hilera de fuego en el techo del comedor de mi mamá”.

“Tuve que empezar a ir al psiquiatra, debido a las pesadillas y sueños recurrentes”, dijo Ruth, quien ya realizó la denuncia correspondiente en el Gabinete de Delitos contra la Integridad Sexual de la DDI La Plata.