’Mi clienta supo por DIARIO DE CUYO que la sentencia en su contra había quedado firme y se presentó voluntariamente ante el tribunal porque la Policía jamás la fue a buscar. Ella dice que siempre estuvo en su casa de Rawson, de eso dejamos constancia en un acta’, dijo Jorge Olivera Legleu. Aludía a su defendida Deolinda Godoy (28), quien ayer, cerca del mediodía, llegó con su bebé de 10 meses a la Sala II de la Cámara Penal para ponerse a disposición del juez José Atenágoras. Su intención fue volver a prisión a cumplir el resto de la condena de 15 años que ese magistrado le aplicó por matar de un tiro en la cabeza al niño Kevin Borquez (9) el 3 de mayo de 2011 en el barrio Villa Paula, Chimbas.
La semana pasada, altos jefes policiales habían informado que, luego de conocer la orden de captura contra Godoy el otro condenado, su expareja Gerardo Riveros (29), salieron a buscarlos y entendieron que se habían fugado porque no los encontraron.
Pero ayer no sólo Godoy contradijo esa versión. Leonardo Villalba, abogado de Riveros, aseguró que su cliente aún no fue notificado de que el fallo en su contra quedó firme pero que, de todos modos, se presentará en Tribunales porque no se fugó y está dispuesto a acatar la decisión judicial.
Godoy y Riveros fueron detenidos el mismo día que una de las 2 balas que disparó la mujer, le atravesó la cabeza a ese niño que no era más que un simple testigo de una gran pelea entre vecinos: la que mantenían la otra expareja de la detenida y padre de sus hijos, con una familia del mismo barrio a los que acusaba de haberse metido a robar en su casa.
Cuando el hombre se vio superado en número y violencia, llamó a Godoy, quien llegó enseguida en moto con su entonces pareja, Riveros. Durante el juicio, se estableció que Riveros sacó de sus ropas un revólver y se lo pasó a Godoy, y que esta amenazó a los rivales del padre de sus hijos antes de disparar dos veces, con un resultado letal para Kevin.
Ahora, la mujer pedirá que le den prisión domiciliaria por ser madre de un menor de 5 años.

