Se cansó, ya no aguanta más. En los años que convivió dice que naturalizaba la violencia que ejercía su pareja sobre ella. Que llegaba a bajar los brazos porque sentía que si se resistía era peor. Pero todo tiene un límite, para esta mujer ese límite llegó y busca que la Justicia escuche su martirio.

A.F. tiene 32 años, es ama de casa, tiene dos hijos y vive en la zona de La Laja, en Albardón. Desde la última golpiza, no quiere saber nada con volver a su casa y se refugió en la casa de una amiga.

Estuvo 6 años en pareja con Lucas Palacios (26 años, también de Albardón) pero la relación se tornó tóxica y violenta; "discutíamos por todo, pero en un momento empezaron los golpes y se le hizo costumbre". Fue y volvió con él, hace 2 meses fue la última vez, es que entre ellos hay una hija en común que tiene 10 años. Dice que intentó ayudarlo, que fueron a un psicólogo y hasta la iglesia, pero que cuando se emborracha "se vuelve loco".

Esta es la expareja de la mujer. Sobre él pesa una perimetral que no cumple.

La mujer lo denunció varias veces, "pero no pasa nada, nadie hace nada", asegura. La última vez llegó a su casa, el 2 de febrero pasado, dice que su ex estaba adentro, borracho y cuando le pidió que se vaya se negó. Y todo empeoró cuando le cuestionó que había dejado hielo en la mesa, se estaba derritiendo y el agua había llegado hasta una pava eléctrica.

"Se volvió loco, agarró la jarra y me pegó una y otra vez en la cabeza. Cuando pude zafar, corrí y agarré el celular para llamar a la policía. Se asustó y se fue", contó A.F.. Esa causa se denunció en la Comisaría de la Mujer.

Está convencida que este sujeto no va a parar hasta hacerle más daño. Ya la amenazó. "Como mi casa está en una zona donde no hay vecinos cerca, me dice: 'Tengo tiempo de matarte e irme tranquilo'. Tengo miedo, necesito que lo frenen, que alguien haga algo", apuntó.