“No puedo entender cómo pueden ser tan hijos de pu… no es sólo el robo lo que me molesta, sino también el daño que han provocado”. Eduardo Silva, un empleado de correo de 43 años, estaba indignado luego de que un grupo de delincuentes atacaran ayer en la mañana la Fiat Fiorino en la que viajaba su esposa y su hija, de 17 años, por el anillo interno de la avenida de Circunvalación, en Capital.
El vehículo se quedó sin nafta, las mujeres lo estacionaron y fueron a comprar combustible a una estación de servicios cercana. En ese lapso, los malvivientes violentaron la cerradura de una puerta, robaron algunas cosas del interior y prendieron fuego en el motor y el habitáculo, causando pérdidas por $15.000, precisó Silva. El incendio no consumió por completo el vehículo porque otros automovilistas y la Policía sofocaron las llamas.
Silva contó que su esposa Mariela Flores (37, empleada estatal) y su hija mayor salieron temprano a la casa de su suegra en Rawson a buscar ropa porque ayer en la tarde hacía la Primera Comunión su otro hijo, de 11 años. Las mujeres cargaron las prendas y emprendieron el regreso hacia su vivienda en Santa Lucía.
Eran las 7.30 de ayer cuando Flores y la joven transitaban a bordo de la Fiorino hacia el Este por el anillo interno de la avenida de Circunvalación. “Le dije a mi mujer que no tenía mucha nafta (el rodado), pero ella pensó que le iba a alcanzar para ir y volver. Encima tuvo la mala suerte de que se detuvo cerca de donde estaban unos muchachos. Para nosotros ellos nos robaron”, comentó Silva.
Madre e hija se quedaron varadas justo frente a la plaza de la Villa Candelaria, en Capital. Allí, estacionaron el vehículo a un costado y fueron caminando a comprar combustible a una estación de servicios situada en avenida Rawson. Al parecer, los jóvenes esperaron que ambas se alejaran para bajar a la avenida a atacar el utilitario.
Los delincuentes forzaron la cerradura de la puerta del acompañante y sustrajeron el bolso con ropa y el frente del estéreo. Después abrieron el capot, sacaron la rueda de auxilio y prendieron fuego un trapo en el motor. No conformes con ese daño, los malvivientes pusieron la rueda de auxilio en el habitáculo, encendieron unos papeles debajo del asiento del acompañante y cerraron la puerta. Ese detalle impidió que el fuego arrasara con el utilitario por la falta de oxígeno, pero las llamas dañaron parte del asiento, la puerta del acompañante y los vidrios, precisó Silva, molesto.

