Tocaron la puerta. En el momento en que José Mengual se asomó, vio a dos hombres con gorras y con ropa azul en la entrada de su casa. Uno de los sujetos se presentó como policía; es más, llevaba el escudo de la Fuerza en la manga de la camisa y otra insignia, según los relatos. El chacarero, confiado, abrió la puerta de rejas y en eso que intentó salir, recibió un empujón. No eran policías, eran ladrones que en pocos segundos encañonaron al agricultor, después lo maniataron para encerrarlo junto a su esposa y al cabo de media hora escaparon con un botín de 100.000 pesos de esa finca de Médano de Oro, Rawson.

Fue una ‘entregada’, pues sólo alguien que conocía bien a José Mengual (69) y a su mujer María Cabrera podía saber que en esa casa del callejón Aguas Blancas, a 500 m al Este de Abraham Tapia y en plena zona rural, podía haber esa cantidad de plata producto de la venta de un cargamento de ajo, explicaron en la Policía. Los dos sujetos vestidos policías y un cómplice llegaron pasadas las 20.30 del lunes, cuando el matrimonio estaba solo en esa vivienda. Una de las hijas de la pareja afirmó que ‘mi papá les abrió porque venían vestidos de policías. Vio que uno tenía el escudo de la Policía y otras cosa más en la camisa’.

Mengual cayó en la trampa. Apenas abrió la reja de la puerta, uno de los ladrones se le tiró encima y ahí entraron todos. Supuestamente lo apuntaron con una pistola y lo llevaron junto a su mujer. Exigían la plata, como sabiendo que tenían una importante suma de dinero.

El chacarero fue maniatado con un cinto, luego fue encerrado con su mujer en el baño. ‘Los trataron bien’, reconoció la hija. A partir de ahí, los asaltantes se tomaron su tiempo para revisar la casa hasta que hallaron esos 100.000 pesos en un ropero del dormitorio de la pareja, indicaron fuentes del caso. También se llevaron un reloj y una campera, señalaron. Minutos después de las 21, los ladrones huyeron y más tarde Mengual se desató y rompió la puerta del baño para salir a pedir ayuda. Los únicos rastros que encontraron de los ladrones eran las huellas de las motos en las que supuestamente se movilizaban.